El sentido de la navidad, ese que nos han enseñado desde chicos, se basa en el amor, ¿no es cierto? Bien, entonces pensemos que para esta navidad lo que más deseamos es repartir amor, llenar de amor el mundo. Muchos quisiéramos hacerlo, pero no sabemos cómo. Y en el camino de querer hacer felices a otros, pasamos a dañar a alguien sin querer. Es lo que sucede cuando compras un perro.
Hay muchos perros de raza que me fascinan: mis preferidos son los Boxer, los Bull terrier, los Border collie, los Siberianos y los salchicha (ok, ok, son todos, amo a los perros). Sin embargo cuando voy por la calle y veo un perrito sediento, lleno de pulgas, flaco y enfermo, sólo pienso lo mucho que quisiera que pudiera proporcionarle los cuidados que necesita. Los perros son animales domésticos, nos necesitan para sobrevivir en la ciudad, no es una locura que queramos que todos tengan casa, porque ellos no se valen por sí mismos, y en la calle en promedio no sobreviven más de un año, victimas de atropellos, de parásitos o de hambre y sed.
Entonces, qué bonito sería celebrar esta navidad con un acto de verdadero amor, optando por recoger un animalito abandonado en vez de pagar por uno. ¿no creen?
El otro grave problema que conlleva la compra de perros es que al comprar se fomenta la reproducción indiscriminada. Muchos dueños de perros de raza son inescrupulosos y cruzan a sus perritas una y otra vez sin descanso, cosa que las desgasta mucho y debilita su salud. Para muchos, su perra es una inversión y los perritos, el negocio más lucrativo. También existen criaderos de perros de raza donde los canes permanecen todo el día encerrados en condiciones paupérrimas, siendo tratados nada más que como fábricas de dinero. Muchos no quieren saber de donde vino su lindo cachorrito y qué hay detrás de todo eso.
Por eso, esta navidad, si estás pensando en adquirir un perrito para tu familia, considera la adopción. Muchos rescatistas se desviven por salvar a perros abandonados por personas irresponsables, desembolsando de su propio bolsillo, sin ayuda de ninguna entidad gubernamental. Al adoptar le estamos dando la oportunidad al perrito que acogemos, y también al que ocupará su lugar. Salvaremos dos vidas. Y por favor, no regales un perrito a otra persona a menos que estés totalmente seguro que esa persona puede y quiere cuidarlo para toda su vida. Tener una mascota es una responsabilidad muy grande y se debe consultar primero antes de tomar esa decisión por otro. No son juguetes, no lo olvides.