Para mantener a tu perro sano a veces no basta con alimentarlo, bañarlo y jugar con él. Hay parásitos al acecho que pueden hacer daño en su salud y de los cuales debes estar pendiente para evitarlos en la medida de lo posible.
Como todos los seres vivos, tu perro puede adquirir parásitos. Las enfermedades parasitarias son padecimientos infecciosos causados por gusanos y vermes. En estas infecciones el parásito vive a cuestas del animal infectado y va alimentándose y creciendo gracias a él.
En los perros, podemos ver enfermedades como las siguientes:
Vermes pulmonares: En este tipo de infección, los gusanos se instalan en los pulmones y tráquea del perro y les causan muchos problemas respiratorios. El más común de estos parásitos es el Oslerus osleri. La contaminación más común es a través de ambientes contaminados, contacto con heces de otro perro que tenga la enfermedad o en el caso de los cachorros, se puede pasar de madre a hijo. El perro puede que no muestre signo de infección hasta después de 5 o 6 meses de ser contagiados hasta que empiezan síntomas como tos y dificultad para respirar. Si la enfermedad avanza se pueden ver otras complicaciones como bronquitis, acumulación de líquido en los pulmones y en algunos casos neumonía. Lo bueno es que es una enfermedad totalmente controlable y se trata con medicamentos antiparasitarios como albendazol, oxfendazol, ivermectina y moxidectina. Si el perro ya presenta más complicaciones en muchos casos se les administra antibióticos y corticoides. La prevención es fácil si tienes a tu perro controlado con su veterinario, le aplica antiparasitarios y evitas el contacto con perros que tengan esta condición o animales que lo sufran. Si tienes varios perros y uno está sufriendo de este parásito debes llevar a los otros al veterinario para que chequeen que no estén infectados porque en la mayoría de los casos, pueden sufrir de la misma enfermedad.
Gusanos del estómago (Spirocerca lupi): Este parásito es común en perros y otros carnívoros pero no afecta a gatos ni aves domésticas. El órgano favorito para la infección de este parásito es el esófago y a veces puede afectar también el estómago del perrito. Cuando el animal tiene esta infección, se le pueden producir nódulos en el esófago y el estómago que interfieren con la manera en que el perro puede tragar el alimento. Pierde el apetito, baja de peso, presenta vómitos, letargo, etc. Estos mismos nódulos también pueden producir presión en las vías respiratorias haciendo más dificultosa la respiración. Las complicaciones más graves es que un gusano adulto se quede en la aorta y que el nódulo que se forma ahí cause una aneurisma, que si se llega a romper puede producir la muerte. La otra gran complicación es que estos nódulos se vuelvan cáncer. La manera de tratar esta infección es con un medicamento llamado disofenol pero si la enfermedad está muy avanzada (si el perro muestra signos de cáncer o la aneurisma) el medicamento puede que no sea eficaz. Lo principal es trabajar en la prevención. Hay que estar muy atento a la exposición que pueda tener tu perro a heces y vómitos y estar pendiente de que no coma animalitos que pueden transportar la enfermedad como escarabajos, ranas y roedores. Esto es un poco más difícil de controlar en áreas rurales pero no tanto para el perro de casa.
Parásitos en la sangre (Hemobartonelosis): Son la causa más común de neumonía y enfermedades del tracto urinario. Esta enfermedad puede ser transmitida por garrapatas y a veces por pulgas, que se alimentan de un animal infectado y luego se alimenta de otro animal. Como viven en las células de sangre, pueden también infectar a través de transfusiones. Esta enfermedad no presenta síntomas hasta que se vuelve aguda o si el perrito tiene un sistema inmune debilitado o tiene otras infecciones. Si al perro se le ha removido el bazo, también se hace más susceptible porque el bazo se encarga de filtrar la sangre y elimina los glóbulos rojos dañados. Los signos de esta enfermedad incluyen depresión, pérdida de apetito, pérdida de peso, anemia y fiebre. Lo bueno es que esta enfermedad tienen tratamiento una vez diagnosticada a través de antibióticos como la tetraciclina, oxitetraciclina y doxiciclina. Si el perrito está muy débil en algunos casos se recomienda las transfusiones de sangre. La prevención también juega un papel importante: Al igual que con otras enfermedades transmitidas por pulgas o garrapatas, debemos controlar la proliferación y ataque de estas plagas. Debes ponerle a tu perro productos anti pulgas frecuentemente, sobre todo si está en contacto con otros perros en el parque o en las visitas al veterinario, utiliza collares anti pulgas y anti garrapatas que también alejen a estos insectos.
Recuerda que en todo el proceso de salud de tu perro, una buena alimentación, el mantener un espacio limpio y estar atentos a agresores en el ambiente, te puede ayudar a prevenir enfermedades y malos momentos.