Cuando nos relacionarnos con las personas, siempre terminamos aprendiendo cosas nuevas. Lo mismo sucede con los vínculos que generamos con los animales, ya que no sólo se trata de tener una mascota, sino que también que aprendamos a conocerlos, a entenderlos y a respetarlos. Es por eso que el tener un animal es una excelente forma de enseñarle ciertos valores a nuestros hijos, mientras que en el camino seguimos sorprendiéndonos por lo maravillosos que son los animales y además nos mantenemos en constante aprendizaje, respecto a la responsabilidad que se requiere para ser un buen amo. Sin duda, las lecciones más hermosas se aprenden gracias a una mascota.
A ser tolerante
Cualquier tipo de vínculo emocional requiere de paciencia, ya que las reacciones del otro no siempre nos van a parecer bien. Al tener una mascota desarrollamos nuestra paciencia al máximo, ya que sabemos que los animales son traviesos y que sin querer, pueden cometer errores. Si tienes un compañero de cuatro patas en tu casa, sí o sí debes aprender a contar hasta 10, porque sabes que en algún momento necesitarás respirar profundo, aguantar tu rabia y acariciar a tu mascota.
A proteger a los animales
Alguien que ha experimentado la sensación de encariñarse con un animal, además de quererlo y reconocerlo como parte de la familia, no podrá hacer vista gorda cuando sus derechos están siendo vulnerados. Gracias a la acción desinteresada de adoptar una mascota, entiendes que el valor de su vida es igual de importante que la tuya y que perderla implicaría la misma pena que experimentas cuando un ser querido te abandona. Por eso, uno de los aprendizajes que ganamos gracias a una mascota, es el entender la importancia de proteger a estos seres indefensos, que sin duda cambian de manera positiva la vida de cualquier se humano.
A cuidar de otro
Hay personas, que sin necesariamente quererlo de ese modo, no tienen habilidades de cuidado desarrolladas. Por eso, para comenzar el aprendizaje desde la temprana edad respecto a la importancia de cuidar a quienes queremos, el tener una mascota será la forma ideal de incorporar este conocimiento en la práctica. Aprender a cuidar de una mascota desarrolla nuestro instinto protector, nos ayuda a comprender la importancia de la vida y también nos hace más sensibles ante lo que ocurre frente a nuestros ojos.
A empatizar con los animales
Si nunca has tenido una mascota, entonces no entenderás esa sensación que se experimenta cada vez que estás frente a un animal. Es una emoción que te moviliza y que te lleva a intentar ponerte en el lugar de este ser vivo, a entender sus necesidades, a tratar de comprender lo que intenta decirte, a potenciar el vínculo emocional y sobre todo, a tratarlo como a ti te gustaría que te trataran.
A ser responsable
El tener una mascota es una de las materializaciones más grandes de la palabra responsabilidad, ya que para cuidar de este miembro de la familia, sin duda necesitas aprender a ser responsable. Cuando tenemos a nuestro cargo un animal, por primera vez, entendemos la importancia de cuidarlo, alimentarlo, bañarlo y también las consecuencias negativas que generará el que no nos preocupemos por él. Además, un animal nos enseña que el amor y la responsabilidad van de la mano.
Tener una mascota no es sólo un juego o una decisión que tomamos para no estar solos, sino que nos permite aprender muchas cosas sobre los animales, pero sobre todo, respecto a la vida y a cómo ser mejores personas.