En la frontera sur de Rusia, en el límite con Kazajistán, autoridades rusas desbarataron una banda que intentaba pasar catorce halcones peregrinos hacia el sur, con el fin de venderlos a jeques árabes.
Las aves fueron encontradas amarradas y envueltas con telas, sujetas a botellas con agua para impedir que se movieran y guardadas en bolsas de basura en un espacio muy pequeño.
Los halcones peregrinos, una especie en peligro de extinción debido al abuso de pesticidas en la agricultura y el tráfico de especies, son una de las aves más rápidas del mundo, sin embargo, eso no impidió que las atraparan para comercializarlas en el mercado negro, donde se puede llegar a conseguir hasta 10 mil dólares por cada una.
Afortunadamente, todos los halcones lograron sobrevivir a esta experiencia y ahora se están recuperando en un centro de rehabilitación, para luego ser liberadas en su hábitat natural.