Nuestro querido quiltro, cachupín, etc. ha estado presente durante siglos. Antes considerado propio de la clase media o media baja, hoy por fin ha comenzado a ganar aceptación en todo tipo de familias, que se han dado cuenta que nuestro quiltro no solo puede ofrecer el mismo cariño que un perro de raza, sino que además pueden ser muy bellos, son edición limitada, nadie se los roba y son mucho más resistentes a enfermedades. Algo así como los Chuck Norris del mundo canino, claro que Chuck Norris no era muy lindo… bueno ustedes entienden mi punto.
Y como ya nos hemos podido percatar, quiltros (del mapudungún, Perro) hay de todos los tipos o “calañas”, los encontramos tan lindos y esbeltos que parecen “finos”, hasta verdaderos engendros que son tan extraños que no podemos dejar de amarlos, con patas cortas y cuerpo largo, cabezones, de pelajes imposibles, patas de velador y orejas demasiado largas o cortas. ¿Y a quién le importa? ¿Acaso elegimos a nuestros amigos por la pureza de su raza? ¿O en realidad la mayoría de ellos tienen tantas mezclas de etnias en sus familias que es casi imposible rastrear su origen? En el caso de los perros es un poco al revés, porque muchas razas fueron inventadas por el ser humano (como el Bull terrier, que me encanta) cruzando perros hasta obtener las características deseadas, lo cual no los hace menos adorables por supuesto, pero a consecuencia de esta constante experimentación genética los perros de raza han resultado ser muy enfermizos y débiles.
El quiltro chileno promedio ama los containers de basura y otras asquerosidades peores que mejor no detallaremos acá, debemos estar atentos porque ellos llevan en sus genes el persistente deseo de buscar "comida" donde la haya. Fuera de eso, son inteligentes, fieles a morir, y duros de matar. No dudes en adoptar un perrito mestizo, te lo agradecerá toda la vida como mi Domi me lo agradece a mi con su mirada.