Aunque esta noticia sucedió hace ya 10 meses, siempre es bueno recordar los episodios de nuestra historia en los cuales se ha hecho justicia con nuestros queridos hermanos menores. En esa oportunidad, la Policía de Investigaciones de Chile desbarató un criadero clandestino de perros de raza en Curacaví gracias a la denuncia de una compradora.
Los perritos se encontraban en pésimas condiciones, muchos hacinados, encerrados en jaulas de pájaros sumamente estrechas donde con suerte podían girarse, y dentro de un container, donde el calor es bastante intenso. Las condiciones de higiene además eran nulas, no les eran limpiadas sus fecas ni orina, y tenían parásitos externos (y probablemente internos también). 48 perritos de raza bull dog, bull dog francés y bull terrier fueron incautados y trasladados inmediatamente a la facultad de medicina veterinaria de la Universidad Mayor, donde se formó un programa de cuidadores entre la casa de estudios y organizaciones animalistas.
Comprar un perro hoy en día es contribuir a este tipo de prácticas. Además de las malas condiciones de vida de estas “maquinas reproductoras” muchos “criadores” les “sacan el jugo” a sus perritas haciéndolas parir una y otra vez, lo cual las debilita y enferma, y es una crueldad, pues no son fábricas, son seres sintientes. Además es poco ético desde el punto de vista de la sobrepoblación canina, hay muchos perritos en adopción esperando un hogar, muchísimas organizaciones que de su propio bolsillo sacan el dinero para alimentar y curar a perritos abandonados. Por eso, si buscas un perrito, prefiere la adopción, contribuirás a sacar un animalito de la calle y ayudarás a que cada vez este tipo de negocios inescrupulosos vayan desapareciendo.