Los gatos son por excelencia una de las mascotas más limpias, siempre van a su cajita de arena o al patio cuando pueden, siendo una característica muy evidente e imposible de no notar, pero ¿en qué casos esta rutina puede alterarse?. Si bien los gatos son independientes y aparentemente tienen todo bajo control son bastante estresables sobre todo asociado a cambios de domicilio, pero cuando podemos descartar esta posibilidad y nuestro gato comienza a comportarse extraño, no va a su caja de arena o no alcanza a llegar, se lame más de lo habitual en su zona abdominal u observamos mayor frecuencia al orinar, dolor o sangrado...debemos detenernos y consultar, ya que puede estar siendo afectado por FLUTD.
¿Qué es el FLUTD?
El FLUTD o infección del tracto urinario bajo es el resultado de una variedad de condiciones que afectan principalmente la uretra y la vejiga en los gatos. Esta enfermedad puede afectar a gatos de cualquier edad, pero los de mediana edad y obesos o con poca actividad en el exterior suelen ser los más afectados. Se relaciona con:
- La existencia de cálculos urinarios que se ubican en la uretra o vejiga (se conoce como urolitiasis) lo que impide que puedan orinar normalmente y con esto, no pueden eliminar las toxinas del interior de su cuerpo, por lo tanto, de no ser rápidamente solucionado el problema puede transformarse en algo mucho más grave. En estos casos se puede intentar remover los cálculos con dietas específicas o cirugía en caso de que la dieta no funcione.
- Una infección por hongos, parásitos, bacterias o virus. Esta infección es una causa muy común de Flutd en gatos viejos sobre 10 años y seguido de urolitos.
- Otra condición asociada es la obstrucción parcial o total de la uretra, esta situación debe ser considerada una emergencia. Los gatos machos tienen mayor probabilidad de sufrir de obstrucción uretral debido a que su uretra es mas estrecha que en las hembras.
- Existen otras enfermedades asociadas a FLUTD como Cistitis idiopática felina (CIF), que ocurre en gatos menores de 10 años y que generalmente se diagnostica al descartar todas las causales anteriores. También el hipertiroidismo, diabetes, tumores y defectos congénitos pueden causar Flutd.
Los principales síntomas se asocian a: beben agua en exceso y no pueden orinar, o les duele al intentar hacerlo, en algunos casos incluso sangran. Dejan de orinar en la caja de arena, posiblemente porque la consideran la causa de su dolor y empiezan a hacerlo en cualquier parte de la casa y de manera más frecuente. La orina que logran expulsar es más concentrada por lo tanto con un olor más fuerte. Se pueden ver desanimados, no quieren comer, pueden presentar vómitos y diarrea.
El tratamiento se asocia a antibióticos, terapias con acidificantes urinarios y cambio en la dieta (la idea es balancear el pH). Las dietas húmedas son bastante buenas, además existen marcas comerciales que tienen alimentos especiales para estos casos, por supuesto tu Veterinario te los recomendará.
¿Cómo evitar que ocurra o se vuelva a presentar?
La prevención o evitar que se vuelva a presentar el problema es fundamental. Alimentar al gato en pequeñas porciones varias veces al día. Cambiar la dieta a húmeda, proporcionar siempre agua fresca y limpia, mantener su caja siempre limpia y en lugares tranquilos de la casa. Minimizar el estrés y cambios en la rutina son algunas medidas que ayudarán a disminuir el riesgo de presentar FLUTD.
Siempre debemos observar el comportamiento de nuestro gato, así detectaremos rápidamente cambios conductuales que nos ayudarán a ver algún problema. Cuando nuestro gato no utiliza la caja de arena será más difícil observar los signos clínicos, y tendremos que poner aún más atención para poder descubrir el problema. No olvidemos consultar e informarnos frente a cualquier duda y proporcionar un ambiente lo menos estresado posible para que estemos todos en paz y sanos. Gato feliz...vida feliz y sin mayores preocupaciones.