Si tenemos una perrita que tuvo un celo reciente, o si estamos en busca de una camada, de seguro nuestra ansiedad nos impide esperar la confirmación de un veterinario y busquemos signos que nos permitan saber si nuestra perrita está embarazada.
El embarazo de las perras dura dos meses. Solo el tiempo y la confirmación médica nos darán seguridad sobre su estado de preñez, sin embargo, existen ciertos indicios que nos permiten sospechar con prontitud si nuestra perrita está gestando.
1. Estado de ánimo: al igual que las personas, las perras viven innumerables cambios hormonales tanto en su periodo de celo, como durante la gestación. Estos cambios alteran la energía de nuestra perrita, que puede sentirse más cansada y desganada. Es probable que la encontremos quejumbrosa, emita gemidos y busque más afecto del acostumbrado. Si observamos estos cambios, es importante brindarle nuestro apoyo y cariño, para darle seguridad ante los cambios que se aproximan.
2. Cambios en la alimentación: es probable que en los primeros días de embarazo, nuestra perrita presente cambios en su necesidad alimenticia, como aumento o disminución del apetito. SI esto ocurre, se debe respetar el deseo de la perrita, procurando que no le falte su alimento y agua fresca.
3. Cambios de comportamiento: en ocasiones las perritas se muestran más agresivas, tanto con las personas, como con otros animales y sientan la necesidad de estar más tiempo a solas descansando, esto porque el embarazo la puede tener agotada, irritable, desanimada y despierte su instinto de "formar nido", es decir, de preparar un lugar seguro para tener a sus cachorritos.
4. Aumento de la micción: el ensanchamiento del útero producto del embarazo, quita espacio a la vejiga, lo que provoca que aumente la frecuencia con que nuestra perrita necesita orinar.
5. Cambios físicos: los cambios más evidentes se presentan alrededor de la segunda a tercera semana de gestación. Es en este periodo cuando podemos observar sus tetillas más rosadas que lo habitual y, al palparlas, es posible notar que se encuentran más abultadas.
Alrededor de la quinta semana de gestación, la cintura se ensancha, se observa el aumento de peso en la zona abdominal y las tetillas han continuado su aumento de tamaño, siendo este más evidente.
Si observamos que nuestra perrita está embarazada, es importante llevarla a un veterinario que confirme nuestras sospechas y nos indique todos los cuidados especiales que pueda requerir, como complementos alimenticios o ciertos cambios en su alimentación. Algunas perritas pueden presentar cambios físicos y anímicos producto de un embarazo sicológico, el cual requerirá atención médica.
Si confirmamos que nuestra perrita está gestando, debemos brindarle todo nuestro cariño y cuidado, para que se sienta segura y confiada durante este proceso. Es importante controlarla con frecuencia, siguiendo todas las indicaciones médicas, evitando sobrealimentarla y suplementar su dieta sin indicación. De la misma forma, tomemos los resguardos necesarios antes, para no lamentar después, si no deseamos que nuestra perrita se preñe: la esterilización es una excelente manera de controlar la población canina, tan desmedida en nuestro país y donde miles de perritos sufren las consecuencias de la sobrepoblación.