La protagonista de esta historia de rescate animal, se llama Alejandra Orellana, una chica amante de los animales, preocupada constantemente por ellos, incluso más que ella misma, es de aquellas mujeres que no puede ver un perrito sufrir por no tener que comer y para que no siga sufriendo es capaz de sacarse el pan de la boca.
Pues, puede que alguno de ustedes, los más televisivos la recuerden por su participación en Master Chef Chile, entonces ahora podríamos llamarla Master Dog Lover. en su casa las mascotas son más que parte de la familia, sus amigos, su compañía; en fin, son su preocupación y su alegría también, es por ello que cuando ve algún perrito o perrita indefensa corre a su rescate, misión en la que ayuda su marido y sus amigos.
La Ale tiene actualmente cinco perros, eran seis, pero dos fallecieron; la mayoría de ellos han sido rescatados, y cuidados con mucho amor...eran abandonados por sus antiguos dueños o se encontraban muy enfermos, y ella los ayudaba a salir adelante y los convertía en sus regalones, en sus guaguas.
"Ahora tenemos cinco perritos, teníamos seis pero fallecieron dos y ahora tenemos una nueva rescatada "Pilucha", que es la última; la Xiquitita Junior falleció, mi guagua tenía daño renal congénito, estuvo cinco días hospitalizada en Santiago pero nada se pudo hacer, eso fue hace como seis meses atrás", cuenta Alejandra.
La Historia de Xica Caspocita
Hace unos años cerca de la casa de Ale, en San Antonio, llegó una perrita indefensa, de mirada triste y mucho, pero mucho, dolor y daño en su pelaje, causado por una sarna severa que amenazaba hasta con causarle la muerte.
"Los perros de la calle generalmente tienen esa mirada triste, de desolación, de pena, que revelan un maltrato que les ha dado la vida, revela el sufrimiento que llevan consigo y cuando con tu ayuda logras cambiar esa mirada, a una de alegría, es tremendamente gratificante", dijo Alejandra.
La pobre perrita deambulaba por todos lados, lo recuerdo bien, porque vivía cerca de la Ale en esa época; nadie pescaba a esta amiga de cuatro patas y larga cola, todos se alejaban....verla les daba asco y miedo, pero desde entre la multitud había una mujer que marcó la diferencia, y esa fue nuestra Doglover, quién poco a poco comenzó a darle alimento y agua, para no se muriera de hambre.
Con el correr de los días, la Xica, como la bautizaron, en honor a su otra perrita Ladina, que era igual pero más pequeña, hizo del árbol frente a la casa de Ale su hogar, por lo que pronto le pusieron una cajita para que pudiera dormir; la que, gracias a la magia de las buenas voluntades y los gestos divinos se convirtió en una casa, humilde pero digna, donde la perrita podría cubrirse del viento y las lluvias; mientras poco a poco su pelaje recuperaba su belleza.
La historia previa de la Xica es muy triste, razón de su mirada, Alejandra cuenta que "cuando la Xica quedó preñada tuvo 4 cachorros en una casa abandonada de Llolleo, donde el cuidador dijo que los botaría a la calle si no los sacábamos, siendo que no le molestaban en absolutamente en nada, toda vez que nadie ocupaba ni habitaba esa propiedad".
"De los cuatro uno al parecer lo aplastó, otro desapareció y quedaron 2: El Spike (que era el mas grande de la manada y media y pesaba casi el doble que su hermanita, la que apenas se alimentaba porque era muy débil y pequeña) y la Xica Junior; Spike se fue a vivir con su familia adoptiva al campo y la Xiquitita Junior se quedó a vivir con nosotros también".
La Ale, su esposo, y una amiga, ayudaron a la Xica, ponían letreros buscando dueños para que se hicieran cargo de ella, la adoptaran, para que no se llevaran la casa ni sus platos de comida, todo con la finalidad de proteger lo que le estaban entregando, sin embargo pronto esta perrita ingresaría en gloria y majestad a formar parte de los seis perritos del hogar.
Algunos de su manada
El Chavito: cuyo nombre se lo ganó porque cuando le dimos comida la primera vez, tenía más hambre que el Chavo del 8. "Llegó cojo, con su pata trasera totalmente recogida, pero ahora ya la apoya y corre como un loco y es muy feliz, llegó con sarna, pero ya se la tratamos y ahora luce un pelaje brillante", contó.
La Chacala: "Esa fue la que recibimos más grave y la que nunca por lástima pudimos recuperar en su totalidad, falleció antes de poder hacerlo, al menos se recuperó un poco y fue feliz junto a nosotros antes de irse de éste mundo que la rechazó".
Ladina: es la primera en llegar a la vida de la Ale, se ganó ese nombre por su habilidad y astucia; ella llegó guagua, pero gracias a Dios sin inconvenientes de sarna ni de tristeza extrema como varios de los demás que ha rescatado.
Sixtina: "Nos encontró cerca de La Boca, cuando andábamos con Gonzalo buscando un lugar donde casarnos, estaba en un mirador. "Se llama Sixtina porque cuando la encontramos había fallecido hace poquito la Chacala (que era nuestra sexta perra, a esas alturas nos quedaban 5), por lo que la Sixtinita fue la "segunda sexta", además la encontramos en la sexta región y justo estábamos viendo una serie en esa época (Los Borgias) en que aparecía ene la capilla Sixtina. Así que le pusimos Sixtina".
Pilucha: Se llama así, porque cuando Alejandra la encontró, justo había un perro con ropa al lado de ella, entonces el día del rescate, Gonzalo, el marido de la Ale, le preguntó si andaba con el perro vestido y ella le respondió que no, que andaba pilucha. Se la llevaron a su casa, luego de ver que un grupo de perros le estaba pegando.
La historia desconocida de esta mujer es un ejemplo para tantas familias que se complican por tener un solo perro en un patio inmenso, o por aquellas que dan en adopción (o peor aún, abandonan) a sus animales porque se cambiaran de casa y "no hay espacio". Quizás si en este mundo muchas más personas fueran como Alejandra, que no escatiman en dar parte de su vida y su corazón al cuidado de las mascotas, no nos encontraríamos con tantos perritos abandonados en las calles, ella es sin duda un ejemplo a seguir, y podríamos al menos tomar algo de ella. El rescate de un animalito que puede morir a causa del abandono puede ser una de las experiencias más gratificantes de la vida, porque ves todos los días en sus ojitos el eterno agradecimiento que sienten. Felicitamos a Ale por su bondad y su amor por los perritos.