Definitivamente, hay felinos a los que no puedes dejar de mirar; ya sea porque sus hermosos y magnéticos ojos, su gracia o su pelaje tan especial. Uno de los que destacan en este último punto, sin duda, es el Maine Coon. Uno de los gatos más grandes que existen, y que exhibe un hermoso pelaje, semejante a la melena de un león.
Se dice que provienen desde los tiempos de María Antonieta, cuando intentó escapar de Francia hacia Estados Unidos. Ella se habría embarcado con sus gatos angora turcos, los que quedaron abandonados en el barco y fueron tomados por un Grumete de apellido Coon y como cuando llegaron a tierra, fue a "Maine", tomaron ese nombre.
Más allá de la leyenda, estos imponentes felinos son muy cariñosos y disfrutan la compañía de otros de su especie. Son perezosos, no obstante, son muy buenos cazadores y a diferencia de otras razas, les gusta jugar con el agua. También destacan por el amplio espectro de su maullido.
Su tamaño y peso no es coincidencia, ya que son adictos a la comida, si se les permite comer en exceso y ser tan sedentarios como ellos quieren, pueden llegar a pesar 20 kilos.
Otra característica muy especial de los Maine Coon, es que su pelaje es resistente al agua y a la nieve, por lo que le gusta permanecer en el exterior.
Estos gatitos no requieren de cuidados muy distintos a las otras razas; sin embargo, es recomendable cepillarlo y preocuparse de las bolas de pelo que pudiera tragar y como en todos los casos, se recomienda el control periódico por un veterinario.