"Llevamos 20 años recorriendo estos lugares y nunca lo habíamos avistado", comentó a El Dínamo, Fernando Aravena, el guardaparques de la Reserva Nacional Los Flamencos, en San Pedro de Atamaca.
Aravena, junto a María Alejandra Saavedra llevaban años buscando al gato montés andino, un animal considerado como uno de los felinos americanos, más amenazados por una eventual extinción.
Las antiguas civilizaciones del norte de Chile cazaban a este animal por una superstición, ya que decían que atraían buena suerte para los tiempos de siembra y cosecha, lo que provocó que estos animales comiencen a desaparecer.
Otro factor importante, fue la caza de chinchilla, la que era su principal alimento, estos animales comenzaron a desaparecer y la dieta de los gatos monteses andinos tuvo dificultades y no lograron sobrevivir.
En un trabajo colaborativo entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la Alianza Gato Andino (AGA), instalaron cinco cámaras trampa que tenían un atractivo para olfato de animal, lo que permitió tomas un registro de uno de los pocos ejemplares que aún se pueden encontrar en suelo chileno y que además andaba junto a su cría.
"Hasta este momento no teníamos registro del felino en esta área, es por eso que haber encontrado a la cría y su madre entrega mucha información para los estudios sobre él, pero no sabemos si existen otras poblaciones cercanas al lugar donde los avistamos, porque estos animales carnívoros ocupan grandes extensiones de terreno buscando alimento y tampoco suelen quedarse ni reproducirse en un sólo lugar", comentó María Alejandra Saavedra.
Los investigadores tuvieron un complicado trabajo para dar con el esquivo animal que vive a una altura de 3.000 y 4.800 metros sobre el nivel del mar y que no pesa más de cuatro kilos, además de que su pelaje se mimetiza perfecto con los colores del hábitat.