Durante el año son muchos los visitantes que llegan a conocer Tailandia, quienes la mayoría son asiáticos, quienes asisten a uno de los espectáculos estrella de un zoológico cercano a Bangkok, donde enfundados con guantes de box, los orangutanes en enfrentan sobre un ring, tal como si fueran boxeadores humanos
El programa que pueden ver los turistas que llegan a este parque que alberga a animales, pueden ver shows de boxeo, sexo y alcohol. "¡Es una de las cosas más graciosas que he visto! Es increíble lo que pueden hacer", comentó una de la visitantes, al medio El Tiempo.
Las hembras son vestidas con bikinis y mini faldas, tal como si fueran mujeres, los que coquetean con los monos músicos que puedes ver en el zoológico, para luego mezclarte entre un público de simios que beben cerveza mientas ven a los orangutanes boxear.
En Europa también "se exponían los monos bebiendo té y eso gustaba mucho", cuenta la antropóloga de la Universidad de Lieja de Bélgica, Véronique Servais, quien ha visitado estos espectáculos.
En las veredas de Tailandia se pueden ver a animales como monos, gallos, serpientes e incluso insectos, los que protagonizan peleas que divierten a los ciudadanos y visitantes de la capital del país asiático.
A pesar de estos, hay varias asociaciones animalistas que han manifestado en contra de estas prácticas, por lo que consiguieron un ley de protección a los animales, en un país que es reconocido por el tráfico ilegal de animales, además de asesinar especies para comercializar sus partes, como el marfil de los elefantes.
Además la agencias de viajes que vendían los paquetes turísticos que llevaba a los visitantes a ver estos shows, cambiaron su rubro y ahora de adaptaron a las atracciones cuidadosas con el bienestar de los animales.
Los animalistas acusan que los tigres del templo de estos felinos salvajes de Bangkok estarían drogados para que los visitantes se puedan sacar una foto junto a ellos, sin que los anaimales los ataquen.
"Si usted tuviera que hacer lo mismo, estaría estresado. Lo mismo pasa
con los elefantes. En un momento dado se vuelven locos y ya no se les
puede controlar", afirman los defensores de los animales de Tailandia.