Los pugs son son simpáticos perros miniatura que llaman la atención por su aspecto al contar con un cuerpo ancho y una gran cabeza.
Los pugs son perros muy antiguos, cuyo origen se remonta a China, hace unos 3 mil años atrás, cuando eran criados por la realeza que los utilizaba como perro de compañía, valiéndose también de su potente ladrido para alertar ante algún peligro o la presencia de extraños. Los pugs, llamados "fu" por los nobles chinos, eran tan apreciados que contaban con todo tipo de comodidades, como exquisitas comidas y sus propios sirvientes, los malos tratos hacia estos perros eran sancionados incluso con la cárcel. Se obsequiaban pugs en ceremonias importantes como matrimonios imperiales, o como forma de reconocimiento ante alguna visita de particular importancia. Se criaban en los palacios, lejos de la vista del pueblo.
Durante la dinastía Han, se le dio particular importancia a la espiritualidad y el Pug fue criado en Monasterios budistas. Es en este periodo cuando se hacen importantes modificaciones a la raza mediante la cruza selectiva para otorgarle parecido a Buda, el que aparece en dibujos de la época con el rostro de un Pug. La popularidad de estos canes duró hasta el siglo XII, a partir de este momento hay escasos registros de ellos en China, pero gracias al comercio llegan a Europa, siendo muy valorado por los nobles de Rusia y Holanda, especialmente durante el reinado de Guillermo I, a quien un Pug habría salvado la vida. Es en Inglaterra donde la raza se populariza y vive nuevos cambios en su aspecto, principalmente, el acortamiento de su hocico y el incremento en su volumen corporal, siendo aprobado su estándar por el American Kennel Club en 1885.
Los pugs están clasificados dentro de los perros miniatura, con una estatura que varía entre los 30 a 36 centímetros a la cruz, y un peso que va desde los 6 a los 10 kilos. Tiene un pelaje corto de colores negro, leonado, albaricoque y plata. Sus patas son cortas y levemente arqueadas hacia adentro, su hocico aplastado y su cabeza gruesa y redonda. Su cuerpo llama la atención por tener una forma prácticamente cuadrada. La cola es alta y se curva sobre la espalda.
Se trata de perros entusiastas y juguetones, pero sin llegar a ser excitables ni escandalosos. Son muy apegados a la familia y desconfiados de los extraños, excelentes guardianes, poseedores de un potente ladrido, que contrasta llamativamente con su pequeño tamaño. Son inteligentes y de agradable temperamento, siendo lo más difícil en su crianza los problemas de salud a los que se encuentran expuestos.
Son propensos contraer refriados, por lo que es importante protegerlos del frío y los cambios de temperatura. Suelen padecer alergias y, por su hocico corto, es común que ronquen al dormir y que desarrollen diversos problemas en su aparato respiratorio. Son frecuentes los tumores, problemas en los ojos (córnea y lagrimales) y tienen tendencia a la obesidad, por lo que es importante vigilar su dieta.
Las hembras suelen tener problemas para parir por el tamaño de la cabeza de los cachorros, por lo que los partos deben ser supervisados y, muchas veces, se opta por las cesáreas.
Entre los dos y tres años, son propensos a cotraer encefalitis, debido a esto, durante este periodo es importante mantener su salud vigilada.
La delicada salud de estos perros, parece recordarnos el cuidado que se debe tener con los perros de raza y las modificaciones genéticas que se practican en ellos para lograr estándares de belleza. Existen numerosas denuncias de maltrato hacia ejemplares de esta raza que, para alcanzar ciertas características, son cruzados inescrupulosamente, causándoles serios daños como dolor crónico en sus huesos y articulaciones y dificultad para moverse, por esto, si se opta por un pug de criadero, es muy importante fiscalizar la crianza del animal, para no contribuir al sufrimiento innecesario de estos perritos.