La convivencia de los niños con las mascotas tiene muchos aspectos positivos, ya que un animales puede influir en la personalidad de los niños, además de beneficiarlo en la formación de un seguro sistema inmunológico, darle seguridad, entre otros aspectos psicológicos.
"En los más pequeños, el vínculo emocional hacia los demás. En la adolescencia, puede facilitar el proceso de individuación y transición a la vida adulta al ser un soporte emocional", comentó a ABC, el Coordinador del Grupo de Trabajo de Terapia asistida con animales del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Miguel Mayá.
Si bien tener una mascota en casa ayuda a que los niños trabajen temas en contra de la obesidad, depresión o la hiperactividad, además los ayudan a fomentar el desarrollo emocional, la sociabilización y la responsabilidad.
Al incorporar un animal a la vida familiar, se deben tomar ciertas decisiones, como poner normas y límites, "los límites no deben dejar de lado el vínculo que se tiene que crear. Los padres han de educar a sus hijos en que se debe ser responsable con su mascota pero esto, también es una motivación ya que los niños se preocupan del animal porque les importa", agrega el especialista.
La mascota apropiada va a depender del estilo de vida que lleve la familia, además de los tiempos que dispone cada integrante, ya que vivir con un animal es una responsabilidad que requiere dedicación.
"El abandono de una mascota es malo para el animal, y para el que abandona. Si damos el ejemplo a nuestros hijos de que se está abandonando a un animal y un niño no responde ante ello, estaremos criando psicópatas. Si, por el contrario, al niño este hecho le afecta se estará creando un serio problema emocional", sentencia Mayá.