Una amiga tiene un gato llamado Cototo que creció junto a su hijo y entre ellos han ido desarrollando una relación bastante particular. Se entienden muy bien y a menudo mi amiga lo agradece porque el gato es una especie de niñera cuando ella está cansada y mantiene al pequeño entretenido. Otras veces, más que amigos, son una dupla perfectamente sincronizada para hacer maldades.
Una de sus actividades es dar vuelta cualquier cosa que pillen en la cocina. Mientras el hijo de mi amiga arroja el producto al piso, Cototo se encarga de desparramar los contenidos por la casa, asegurándose de que no quede todo en un solo lugar. Pareciera que no le guste ver las cosas amontonadas, demasiado fácil barrer así.
También tienen juegos más inocentes como cuando el gato está afuera y se empiezan a mirar por la ventana. Luego ambos manotean el vidrio tratando de tocarse mutuamente lo cual es bastante gracioso. Es interesante que desde que ambos estaban en sus primer año se llevan bien y participan de actividades en conjunto así como se ven en este video donde desde el andador el bebé trata de alcanzar al gato.
Hay una entretención que tienen a veces en la que el pequeño lanza una cabeza de zanahoria la cual el gato, al igual que un perro, va a buscar y se la lleva de vuelta. Lamentablemente mi amiga no la ha podido registrar debido a que no le queda memoria en el celular, pero cuando lo han hecho me ha contado que le causa mucha gracia. ¿Quién dijo que los gatos son individualistas?
Creo que verlos es una demostración de que hay muchos prejuicios contra los gatos que no son ciertos. Todo depende de la crianza y el nivel de comunicación que tengas con ellos. No todos son indiferentes, interesados y miradores en menos, eso suele ocurrir cuando se les tiene con el fin de que cazen ratones y nada más. Sin embargo quienes cuidan a sus gatos y los tratan como de la familia normalmente aprecian lo cariñosos y preocupados que son.