En la pequeña localidad italiana de Controne, en la región de Campania, las autoridades han decidido multar a los dueños de los perros que molesten a los vecinos con sus ladridos durante los momentos de siesta y en las noches.
A los dueños de los perros que transgredan esta nueva medida, deberán pagar un multa que desde los 27 a 550 dólares, según lo que dispuso la municipalidad de Controne desde hace pocos días.
"Los perros guardianes de casas, jardines y granjas deben mantenerse de manera que no causen daño agrediendo a los transeúntes, y los propietarios deben impedir que los perros ruidosos perturben la paz en las horas nocturnas y la siesta", dicta la nueva medida.
En la pequeña localidad que no tiene más de 800 habitantes y que queda al sur de Nápoles, también cuenta con una medida que busca garantizar un buen trato, de parte de sus dueños, hacia los animales que residen ahí.
Ahí está estrictamente prohibido "abandonar animales en el territorio comunal, mantener a los perros encadenados y, si esto fuera necesario, la cadena tiene que tener una longitud de cinco metros", según afirman desde la municipalidad.