El instinto de caza de los gatos se resiste a la domesticación. Pueden pasar las tardes en los sillones, disfrutar del cariño y la comida segura, pero de todas forman encuentran el momento de cazar algo, aunque sea, una mariposa.
Resulta potente verlos cazar, las posturas que adoptan, su sigilo, saltos, la forma en que se estiran. Lo que pasa es que su cuerpo cuenta con un diseño anatómico que los hace idóneos para la caza: son fuertes, ágiles, rápidos, flexibles, dotados de sentidos muy finos.
La primera característica especial de los gatos es su cantidad de huesos. Tienen 244, huesos, 40 más que las personas, con una gran cantidad en la columna y la cola, la que les sirve para equilibrarse durante la caza.
La clavícula de los gatos no se encuentra unida a las articulaciones, sino que se posiciona en forma independiente en los músculos. De esta manera, sus hombros cuentan con mayor movilidad, la que utilizan al momento de acechar a sus presas.
Grandes ojos de potente visión que les permite cazar en la noche, aprovechando su ventaja sobre los otros animales.
Tienen fuertes músculos en sus patas traseras, que les permite saltar hasta cinco veces su tamaño, pero que no los dota de resistencia para seguir a sus presas, por eso el triunfo de la caza recae en el acecho y en dar un salto certero, que les permita atrapar a su presa en el primer intento.
Las garras de los gatos son parte importante de su caza. Les permiten engancharse para trepar y agarrar con ellas a su presa. Además, sus patas cuentan con almohadillas para avanzar sin ser oídos.
La verdad es que no resulta muy agradable encontrar el living de la casa lleno de plumas, mucho menos encontrarse con un ratón muerto, pero el instinto de caza en los gatos es muy potente, como vimos, su cuerpo está especialmente adaptado para practicarla.
Hay personas que intentan frenar este instinto colocando cascabeles en sus collares, para que las presas se escapen de ellos. No siempre funciona, los gatos son inteligentes y muchas veces aprenden a despojarse de estos cascabeles.
Por eso, es importante tener claro que los gatos, como otros felinos, son animales cuyo cuerpo cuenta con un diseño único, que los hace excelentes cazadores. Amar a un gato es también saber admirar esta capacidad, dejarse impresionar con sus movimientos, sigilo y la certeza de sus saltos.
Imagen CC Lisandro M. Enrique