Está demostrado que los perros y los gatos pueden ser grandes amigos, a pesar del mito que son enemigos naturales. En internet hay muchos videos que demuestran que estas dos especies pueden tener una buena relación.
A continuación podrás ver un video que muestra a una perrita siberiana, llamada Lilo, que activó su instinto maternal cuando conoció a una pequeña gatita Rosie, a quien acogió como si fuera su propio hijo.