Además de ser una compañía, los perros que ayudan en rehabilitación son esenciales para toda la vida para aquellos que los necesitan en su día a día. Hablamos de la canoterapia.
Esto es una intervención en la que un perro forma parte integral de un tratamiento. Esta actividad es dirigida por un profesional de la salud que busca un objetivo específico , ya sea médico o educativo.
Las sesiones de canoterapia está diseñada con el fin de fomentar las mejorías en el funcionamiento físico, social, emocional y cognitivo de una persona. Las terapias pueden ser grupales o individuales de acuerdo a los objetivos que se persigan.
Los golden Retriever son perros que se han convertido en grandes servidores de aquellos que padecen alguna enfermedad y necesitan de su ayuda para sanar o rehabilitarse. Esta raza, así como el labrador retriever, son ideales para esta función, ya que no son para nada agresivos.
Un perro de terapia es entrenado desde muy pequeño y se prepara para ser parte de procesos educativos y terapéuticos. Esto consiste en enseñarles a resistir de pasivamente la manipulación, los gritos, movimientos bruscos, tirones de pelo y otras situaciones que un perro común y corriente no soportaría.
Asimismo, aprenden a traer, tirar y empujar objetos, además de trucos de circo que se utilizan como elemento motivador de la persona enferma.
Los perros en terapias de rehabilitación ayudan tanto a niños como a personas mayores, que disfrutan del contacto con ellos, aparte de sentirse motivados por la interacción con los animalitos.
En esta misma línea, aportan en el desarrollo de objetivos como: la empatía, autocuidado, compenetración, aceptación, estimulación, contacto físico, sociabilización, entre otras.
Es así, como los perros muchas veces cumplen funciones nobles y necesarias más allá de la compañía y pueden ser de gran ayuda para la recuperación de una persona enferma.
Imagen CC Fernanda Cerioni