El verano australiano se caracteriza por las altas temperaturas que llegan a marcar los termómetros, lo que podría provocar modificaciones en la biología de algunas de las especies que se pueden encontrar en el país oceánico.
Un estudio realizado por investigadores y académicos de la Universidad de Canberra, concluyó que las lagartijas, o dragones barbudos, cambiaron su sexo producto de las altas temperaturas que se registraron.
Varias de las lagartijas que habían nacido como machos, sufrieron este drástico cambio, los ejemplares incluso pusieron una mayor cantidad de huevos que los especímenes que nacieron siendo hembras.
La investigación liderada por la académica Clare Holleley, halló a 11 dragones barbudos que habían cambiado su sexo por culpa del calor, quienes a diferencia de otros reptiles, definen su sexo a raíz de un cromosoma y no las condiciones climáticas.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista especializada Nature, donde los autores aseguraron que "los extremos climáticos pueden variar rápidamente y fundamentalmente la biología de un organismo".