La "Alopecia psicógena felina", es un trastorno obsesivo compulsivo que presentan los felinos (sobre todo los gatos domésticos) y que se manifiesta por el acicalamiento excesivo que lleva a perder parte del pelaje del animal, especialmente en la zona media de extremidades y tronco. También puede manifestarse cuando se frotan excesivamente contra objetos o incluso, se arrancan pelos con los dientes. A pesar que no es exclusivo de ninguna raza y no hay mayor frecuencia por sexo, algunas felinos son más propensos a presentarla, por ejemplo siameses, abisinios, burmeses e himalayas.
¿Por qué se produce?
No hay una sola causa para esta patología, pero podrían dividirse entre conductuales y fisiológicas. En el caso de las causas conductuales, se ha visto que cuando un gato está estresado se da con más frecuencia. Hay muchos factores que pueden estresar a tu mascota, como por ejemplo, el cambio de casa, que para ellos es un trastorno importante en su vida, ya que son animales territoriales y que les gusta vivir en un ambiente que sienten que controlan; sin embargo, al llegar a un lugar nuevo, se sienten desprotegidos y vulnerables, lo que les acentúa la inseguridad y ansiedad que provoca el acicalamiento excesivo como un escape a este tipo de sentimiento.
Por las razones antes expuestas, también se produce este trastorno cuando llega otro animal a la casa, hay un cambio de muebles o cualquier factor que afecte el medio que el gato ya sentía controlado.
En el caso de las causas fisiológicas también pueden ser de distinto tipo, por ejemplo, en caso de la presencia de ectoparásitos, infecciones bacterianas, micóticas o las alergias ambientales o alimentarias. Sea cual sea la causa, es importante llevar al gatito a un veterinario para que lo examine y descarte los problemas de salud que puede estar presentando, y en caso de determinar que se trata de un problema conductual, debe ser tratado por especialistas en este tema.
¿Cómo tratarlo?
En caso que sea una causa de tipo conductual, es muy importante que el gato recupere su seguridad, por lo que es recomendable que el dueño se de tiempo para jugar con él una rato todos los días y ojalá a la misma hora, para que sepa que va a tener atención exclusiva segura. También es bueno, poner juguetes a su disposición, para que se vaya apropiando del ambiente.
Es muy importante que haya un buen manejo de su caja sanitaria, ya que además de evitar enfermedades parasitarias, le entrega seguridad territorial, sobre todo frente a otros animales.
Otra terapia que ayuda en estos casos, es por medio de tranquilizantes o antidepresivos, los que deben ser recetados por un veterinario.
También se puede buscar apoyo en terapias alternativas, por ejemplo el uso de aromaterapia o flores de Bach, que debe ser indicado por un especialista. Este tipo de tratamientos ayudan a controlar el estrés tanto en humanos como en mascotas.
Este asicalamiento excesivo no debiera dañar la piel, pero hay casos que llegan a producirse úlceras, ya que cuando han perdido pelaje y siguen lamiendo la zona, pueden dañarla debido a que su lengua es áspera.
Es importante que no castigue a su gato cuando se está acicalando, ya que esto sólo provocará más ansiedad y empeorará el trastorno. Cariño, dedicación y entregarle un área de seguridad a su mascota, es la mejor receta para tener un gatito feliz.
Imagen CC: John Morton