Desde que se supo que Justin Bieber tiene como mascota un mono capuchino, ha surgido la polémica de si se puede o no tener uno de estos ejemplares como mascota.
En Chile es ilegal tenerlos; tampoco se pueden vender y los zoológicos no pueden comercializar o intercambiar un mono que les fue entregado en custodia por la autoridad. Los primates están protegidos por la Convención CITES, que es una convención de las Naciones Unidas y que regula el comercio y tráfico de especies en peligro de extinción.
Hay que tomar en cuenta diversos puntos. Primero, cada país tiene una legislación propia en este tema; por ejemplo, existen Estados en Estados Unidos, donde los vacíos legales lo hacen posible.
Más allá de lo que diga la ley, para que un mono llegue a tus manos, debe haber sido arrancado de los brazos de su madre y, tomando en cuenta que viven en sociedades, la falta de un par a su lado les afecta fuertemente en el carácter. El mono doméstico, no tendrá la oportunidad de crecer junto a su familia y aprender la conducta normal para su especie.
Cuando los primates se encuentran en celo, se vuelven violentos e impredecibles, por lo que la convivencia con ellos se torna peligrosa, sobre todo si la especie que tenemos en nuestro hogar es grande.
Como todo animal salvaje, estos tiernos animalitos, transmiten enfermedades (zoonóticas) como rabia, influenza (gripe), herpes, candidiasis, fiebre amarilla, tuberculosis, hepatitis, parasitosis externas (piojos, pulgas, garrapatas) e internas como la amebiasis, giardiasis, ascariasis, además de afecciones de la piel causadas por hongos y bacterias,SIDA, meningitis o herpes, por nombrar algunas y así mismo, enfermedades comunes para nosotros, pueden afectarlos gravemente.
Un mono requiere de cuidados especiales, por lo que debe contar con un veterinario especialista en esta especie y obviamente tiene que haber sido adquirido de manera legal y tener todos sus papeles al día. Es importante mantenerlos aseados y cuando son bebés, usan pañales y hay que enseñarles a dejarlos de a poco, como en el caso de los niños; sólo que los primates, son mucho más inquietos, por lo que necesitan de un gran espacio.
No podemos dejar a los primates sueltos en la casa, ya que los daños que pueden ocasionar son tremendos, debido a que son curiosos, inquietos y si no son bien enseñados muerden, y como su dientes son poderosos, pueden causar daños tanto a las personas como a las cosas.
Su alimentación es delicada y no existen fórmulas adecuadas en ninguna tienda especializada para que sea balanceada y le evitemos enfermedades.
En fin, probablemente muchos hemos soñado, sobre todo de niños, tener un mono como mascota, ya que son graciosos y su semejanza a los seres humanos siempre nos ha llamado la atención, pero por su bien (para que puedan vivir con sus familias en su medio natural y mantenerse sanos) y por el nuestro (para evitar problemas de salud, accidentes por su carácter impredecible y altos costos de mantención; además de los daños que pueden causar en nuestras casas), es mejor que no entremos en la moda de mascotas exóticas y adoptemos a tantos perritos o gatitos que no tienen casa y estarían felices con nuestros cuidados.
Imagen CC: Carlos Luna