La rabia es una enfermedad viral que afecta a los mamíferos y es producida por el virus de la familia Rhabdoviridae. Esta afección es muy peligrosa debido a que altera el sistema nervioso central, por lo que si no se trata a tiempo puede provocar la muerte del infectado.
Tanto los animales domésticos; tales como los perros, caballos y gatos, y otros, como los zorros, mapaches, coyotes y murciélagos, pueden contraer el virus. Pero de todos modos cualquier mamífero, incluso el ser humano, está propenso al contagio.
¿Cómo saber cuando un animal presenta esta enfermedad? Los síntomas se verán en una segunda fase, ya que durante los primeros 60 días la presencia del virus es asintomática. El infectado comienza a tener cambios en su comportamiento: hiperactividad, agresividad, ansiedad e irritabilidad. Presenta convulsiones, parálisis en su mandíbula superior y en músculos de cabeza y cuello, hecho que no les permite tragar, y por ende, empieza a botar saliva de manera abundante. Al cabo de siete o diez días el animal fallece. Si ves a un perro o gato en la calle con estos signos, no te acerques a él, puesto que las probabilidades de contagio son muy altas.
La transmisión del virus se realiza por medio de una herida o de la saliva, esta última puede ocurrir por un contacto directo, es decir, por una mordida que gatilla una infección sistémica en el organismo. En los humanos, los síntomas son: fiebre, dolor de cabeza, comportamiento anormal, dificultad para tragar y comezón en la zona infectada. Si tu mascota tiene contacto con algún murciélago, es importante que lo lleves directamente a un veterinario para saber qué hacer si desarrolla los síntomas.
Es de suma importancia la prevención de este virus tan agresivo y riesgoso, ya que una vez diagnosticada la rabia el desenlace en el animal es mortal. Las vacunas contra esta enfermedad deben ser aplicadas en un periodo establecido por el médico veterinario, sólo así se evita el contagio de esta infección. Si una persona es mordida por un animal con rabia, la recomendación es que se lave la zona de la herida con abundante agua y jabón e inmediatamente acuda a una atención médica de urgencia.
Asegúrate de contar con un control de las vacunas de tu mascota, y de llevarlo periódicamente a un centro veterinario para conocer su estado de salud. Recuerda que cuando comienzan los síntomas de la rabia, ésta acaba con la vida del animal.
Imagen CC pepa garcía