"Lita" era la gata del pololo de mi amiga, Priscila. Él tenía a la felina desde hace 3 años y nunca antes había pololeado; sólo se dedicaba a jugar al computador y a acariciar a su mascota, por lo que a Lita no le gustó para nada que su amo estuviese enamorado.
Si bien Priscila era una amante de los animales, especialmente de los gatitos, se le quitó un poco el amor animal cuando Lita le extendió un rasguñón por toda la cara. Además del dolor, la gata le dañó un párpado muy cerca del ojo. Su pololo le explicó que su mascota nunca había sido violenta, excusándose en que quizás ella había sido muy brusca con la felina. Prisci se enojó.
A la semana siguiente, mi amiga volvió a visitar su enamorado. Esta vez, procuró no acercarse mucho a la gata, aunque eso tampoco la libró de sus ataques. Cuando estaban abrazados en el sofá, Lita se acostó en medio de los dos frotando su cabecita en su amo. Mi amiga intentó acariciarla, pero la mascota arqueó el lomo y enseñó los dientes mirándola con amenaza.
La situación se repitió un par de veces más. Priscila no podía ni acercarse a su pololo en frente de la gatita, peor aún fue cuando ésta estaba en celo. En ese tiempo, fue cuando recibió un rasguño en la mejilla que la dejó marcada hasta hoy y no quiso visitar a su novio a menos que encerrara a Lita en alguna habitación. Él se rehusó a hacerlo y la relación se quebró.
Un par de meses después Priscila me contó que se volvería a juntar con su ex. En el encuentro su ex-pololo admitió que fue egoísta de su parte todo lo sucedido y que ya había encontrado una solución al problema. Mi amiga no le creyó mucho, pero accedió a ir a su casa para ver esta "solución". Lita estaba recostada en un cojín con 6 pequeñitos gatitos tomando leche. Por la casa merodeaba un gato naranjo llamado "Samuel" que se le cruzaba por las piernas.
Finalmente, volvieron a estar juntos y, efectivamente, Lita no volvió a realizar una de sus escenas de celos con su dueño, pero sí, siguió arañando a cualquier persona, animal o ser viviente que se acercara a su Samuel.
¿Conoces a algún animalito tan celoso como Lita?
Imagen CC Archivaldo