Pitul es un perro mayor, que tenía un alma joven y alegre, hasta que su amiga de siempre, falleció.
Con mi familia siempre hemos preferido adoptar antes que comprar mascotas y es por esto, que cada vez que llega un perrito a nuestro hogar lo recibimos con los brazos abiertos.
La llegada de Pitul fue curiosa. Recién nos mudábamos a la casa nueva, veníamos solo con Linda, una perrita Cocker que se robaba toda nuestra atención, hasta que entramos a la propiedad y él estaba ahí, como diciéndonos “bienvenidos a casa”.
A Linda el nuevo integrante no le cayó del todo bien, a veces le ladraba y otras veces impedía que él se nos acercara, por lo tanto, para nosotros era una situación incómoda ya que “Pitul” era un perro muy amoroso, pero a ella, nuestra mascota de años, no le causaba gracia su presencia.
Por esto, tuvimos que hacer esfuerzos sobre humanos para que se aceptaran. Él siempre la quiso, pero con ella nos costó un poco más. Finalmente, ambos forjaron una relación que duró unos 5 años, hasta que repentinamente Linda se enfermó y luchó con sus ganas de vivir cerca de dos semanas. Pitul, en este periodo de tiempo, intentó cuidarla lo más posible, ladrando cuando percibía que ella tenía dolor o cuando creía que algo le faltaba, pero a pesar de los esfuerzos nuestros y del mismo "Pitul", Linda falleció dejando un gran vacío, sobre todo, en la vida de su fiel amigo.
Pitul no volvió a ser nunca más ese perro feliz y alegre que era con Linda. Muchas veces, esperó echado en su casa a que ella volviera. Otras, lloró por su ausencia e incluso, pasaron días en que él solo se levantaba a tomar agua.
Ya han pasado dos años de la partida de la perrita y Pitul sigue con esa mirada triste y perdida, como si aún tuviese la esperanza de que va a regresar. Actualmente, en mi casa hay una familia perruna bastante grande, son nueve perros en total, pero ninguno ha logrado ocupar el lugar de Linda.
Incluso, a Pitul lo evaluó un psicólogo de perros, cuando Linda llevaba dos meses de fallecida. Lamentablemente, lo que el perrito tiene es pena y a pesar de todo lo que hemos hecho para animarlo, él nunca ha vuelto a ser el de antes.
Imagen CC elizabeth tersigni