Las infecciones en oídos, son quizá uno de los padecimientos más comunes en los perros. Sus causas pueden ser múltiples, pero siempre es importante tratarlas a tiempo para evitar que el cuadro empeore.
Las principales causas de una infección de oídos son la presencia de hongos y el crecimiento bacteriano en las orejas de los canes, aunque también puede producirse por ácaros u otras causas más graves, como la existencia de tumores o problemas a las tiroides. Sea cual sea el origen, a medida que la infección se introduce en el oído, aumentan las dolencias y se dificulta su cura.
Cómo evitar una infección: Para evitar que la infección se produzca, es necesario cuidar siempre de la higiene de nuestras mascotas, especialmente los oídos. Se recomienda limpiar al menos una vez a la semana las orejas de los perros, sobretodo a aquellos de orejas caídas como el cocker spaniel o el beagle, que son más propensos a presentar esta enfermedad.
La mejor forma de hacerlo es empleando una gaza enrollada en el dedo índice, la cual se pasará por el interior de la oreja, es decir, por la parte rosada sin pelos. Se debe evitar introducir la gaza en el orificio auricular, pues al igual que los cotonitos, pueden dañar el oído del perro. Para este aseo se pueden utilizar limpiadores auriculares especializados, que ayudan a sacar el cerumen de la zona.
Otra buena medida para prevenir estas infecciones, es utilizar tapones de algodón en las orejas de los perros a la hora del baño, así se evita la entrada de agua y humedad a los oídos. Siempre se debe secar bien la zona luego del baño.
Signos y tratamiento:
Si bien, la limpieza periódica de las orejas de los perros disminuye el riesgo de contraer una infección, no lo elimina por completo, así que es importante tener especial atención con las señales de nuestras mascotas.
La infección produce escozor, por lo que los perros intentan rascarse constantemente, ya sea con las patas como frotándose contra el suelo, sillones o la pared. La oreja se ve enrojecida y aumenta el cerumen, puede notarse hinchazón, mal olor y presencia de heridas, principalmente, por la constante fricción producto de la picazón. Otro probable signo, es que el perro mantenga su cabeza levemente inclinada.
Si se observan estas señales, se debe acudir a un médico veterinario, ya que el tratamiento de una infección de oídos suele ser sencillo, pero de descuidarse, el cuadro se puede agravar, produciendo dolor al animal y dificultando su cura.
El veterinario suele suministrar antibióticos y una limpieza periódica en las orejas. Lo más frecuente, es que se indique limpiar externamente la oreja y sus pliegues con gaza, evitando productos como el suero que, de introducirse en el oído, puede ayudar a la propagación de la infección producto de la humedad. Es importante no bañar al perro mientras esté en tratamiento, a fin de no agravar la enfermedad.
Si tu perro ha presentado frecuentemente infecciones de oídos, es importante descartar la presencia de enfermedades más peligrosas y, una vez descartadas, es aconsejable mantener un control veterinario de sus orejas cada seis meses.
Imagen CC Mekanoide