Llegar a un nuevo hogar, conocer una nueva familia y adaptarnos a nuevas reglas y hábitos, sin duda es la mayor causa de estrés para un ser vivo. Y es que, acostumbrarnos a tanta nueva información, generará una fuerte tensión nerviosa en el implicado, la que irá decantando en el tiempo.
Por suerte sabemos hablar y podemos explicar con claridad lo que sentimos, pero ¿qué sucede en el caso de nuestras nuevas mascotas? Si bien, no pueden comunicarse verbalmente, con nosotros también manifiestan signos inequívocos de estar adaptándose a un determinado nuevo lugar. ¿Cuáles son y qué podemos hacer para ayudarlos? Perros 1. Diarrea: ¿Te ha pasado que te duele la guata cuando te enfrentas a una novedad? Pues a mí sí y a muchas mascotas también, que tras ser adoptadas y llevadas a su nuevo hogar presentan cuadros de diarrea producto del estrés. La mejor forma de ayudarlos es ponerles un pañal de entrenamiento (los venden en tiendas especializadas y no son caros) mientras pasa el cuadro, hacer que beba mucha agua y controlar lo que come. Si la diarrea persiste por más de tres días, significa que puede tratarse de un virus u otra causa que requiere la intervención de un veterinario.
2. Ansiedad por separación: No olvides que tu animalito pasó tiempo en otro lugar. No te sorprendas si lo extraña y llora toda la noche, con una desgarradora melancolía. Esto pasará, siempre y cuando comiences a educarlo desde sus primeros días. Aunque te parta el alma, deja que duerma solo en una habitación especial durante la primera semana (claro que en un sitio controlado donde no pueda dañarse) para que así se acostumbre al nuevo hogar y no genere ansiedad de separación contigo posteriormente.
3. Hiperexcitación social: Acabas de adoptarlo desde un hogar o una refugio. Generalmente pasan mucho tiempo solos – sin compañía humana – por esta razón, puede manifestarse demasiado emocionado al rodearse de gente. Es aquí donde comenzará a saltar, hacer piruetas y gracias delante de las visitas o del grupo familiar. Detenlo desde las primeras veces sin tomarle atención y acariciándolo solamente cuando se detenga y se calme. Aprenderá rápido.
4. No tiene rutina: Uno de los problemas más sencillos de erradicar, es el de nuestros cachorros sin una rutina establecida. Entendamos que son pequeños y no han necesitado de horarios para hacer sus necesidades básicas. Es aquí donde el entrenamiento debe ser exhaustivo: Arma un horario en casa con sus comidas (3) paseos (2 al día) horario de descanso y de juego. Síguelo al pie de la letra por algunas semanas y pronto tu mascota comprenderá y comenzará a ceñirse a ellas.
Gatos 1. Llaneros solitarios: Los gatos son animales observadores desde muy pequeños y, probablemente, se sentirán a sus anchas después de algunas horas en su nuevo hogar. Por ello no debes preocuparte si desean estar solos, seguramente estarán observando minuciosamente. Permíteles hacerlo, pronto estarán en el centro de tu cama regaloneando.
2. Quiero rascar: Necesitan marcar propiedad y nada mejor que sus tiernas uñitas. Es cierto, esta es una forma de manejar el estrés, pero no debes permitir que lo haga en tu cama o en tu sillón. La solución, compra o fabrica un rascador especial para sus uñas y cada vez que intente acudir a tus muebles, tómalo y llévalo a su lugar.
3. Corredores de media noche: En ocasiones, los cachorros sienten una oleada de energía nocturna que los lleva a correr por toda tu casa. Déjalos manifestarse, pero procura sacarlos un rato al aire libre todos los días, para que esas ganas de correr sean cada vez menores a deshora.
4. ¡Está molesto!: Los gatos manifiestan su genio desde muy pequeños. Aprende a descifrarlo y dales el espacio para que puedan calmarse. Lo apreciará.
Imagen CC Sebastián Dario