Dwane y Linda Cross son una pareja de estadounidenses residentes en Chile hace más de cinco años. Llegaron a vivir al país, porque son misioneros de una congregación de Iglesias Evangélicas y están a cargo de una facultad de teología ubicada en Peñalolén.
El matrimonio tiene su domicilio en el recinto, pues son los encargados del lugar y de los estudiantes internos que pernoctan en la facultad. Pero su compañía no sólo se da por ellos, sino que también por otro integrante de la familia, llamada 'Serena', una tierna y simpática perrita de raza papillon.
Serena se cree guardián de la facultad; juega, corre y se divierte con Pascuala, una perrita maltés. Es muy inquieta y exigente, protectora de sus dueños, anda detrás de ellos para todos lados. ¡Sí que tiene complejo de vigilante! Los cuida como si fueran sus hijos.
Serena llegó a los cuatro años de edad, para estar bajo el cuidado del matrimonio Cross. Venía de una familia que no podía cuidar más de ella, pero para Serena eso no fue problema. Se adaptó fácil y rápido a sus nuevos papis. Es la regalona de la casa, todos viven pendiente de ella y cuando no está, sí que se extraña.
Lo curioso de esta perrita es que le gusta andar complaciendo a todos. Es algo atípica al resto de los canes que yo he visto. Por lo general, cuando estos ven a sus dueños comer, se acercan a pedirles de lo que están ingiriendo haciendo gemidos o movimientos para llamar su atención. Serena no es así, simplemente no le interesa y es más… no le gusta los alimentos para humanos. ¿Extraño verdad?
¡Uy si de verdad parece una dama! La perrita cada vez que desee hacer sus necesidades, se acerca a sus dueños a pedirles que le abra la puerta para salir al patio. Pese a que duerme en la cama de sus dueños y pasa la mayor parte del tiempo en el interior del hogar, no es sucia. Para nada.
Cuando llegas a la casa de los Cross, Serena te recibe con saltos. Después de un rato, crees que la verás tranquila o echada en un rincón por ahí. ¡No! La ves correr y brincar por todos lados. Para sacarle la foto que acompaña este relato, fue muy complicado. Recuerdo que le decía: "¡Serena quédate quieta por favor!".
Mandona, inquieta, guardián, saltarina, juguetona y hasta señorita. Todas esas características las tiene Serena. Aunque sea medio loquita, igual es la regalona en la casa de los Cross y en la facultad, es la verdadera reina del lugar. La perrita se roba el cariño de todos y de seguro también de los que vendrán.