Cuidar de nuestros peludos también significa estar preparados para cualquier eventualidad. Es por esto que saber exactamente qué hacer en caso de accidentes, nos convierte en mejores amos, capaces de salvar la vida de nuestras mascotas.
Tras un accidente, el tiempo transcurrido es vital y las acciones llevadas a cabo son fundamentales. Dejar el pánico de lado y actuar correctamente es algo que todos anhelamos cuando un ser querido está en peligro, por lo tanto es importantísimo saber qué hacer, practicarlo y de este modo estar preparado para actuar, sobre todo si ese ser amado no sabe hablar ni darnos directrices sobre qué sucedió o qué le duele.
Por esta razón, hoy queremos hablarte de los primeros auxilios para tu mascota, con el fin de que sepas qué hacer y cómo. ¿Comenzamos?
Perros y gatos El mejor amigo del hombre y nuestros peludos ronroneadores en ocasiones pecan de arriesgados, sufriendo lesiones de mayor o menor grado, que ponen en peligro su bienestar. Y aunque sean tan distintos en su trato con los humanos, existen similitudes para tratar algunos de los accidentes más típicos.
Quemaduras: En el caso de encontrarse frente al fuego, lo principal es que apliques agua fría constante durante 15 minutos. Posterior a ello, observa la herida; si la piel está en buenas condiciones puedes protegerla con un apósito de gasa y algodón, mientras que si presenta algún tipo de herida o está en carne viva, es fundamental correr al veterinario.
Hemorragias: Sabemos que ver sangre es traumático para todos, sin embargo actuar rápido es lo mejor que puedes hacer por tu mascota. Observa desde dónde proviene la sangre, pon sobre el punto localizado un paño arrugado y presiona durante unos minutos. Si la sangre no se detuvo, busca el origen de la hemorragia y aprieta con tus dedos el lugar por donde debería estar fluyendo la sangre.
Cuando lo localices realiza un torniquete; esto es poner una tabla o algún elemento duro en el lado contrario de la herida y unos centímetros más arriba, luego rodear la extremidad o parte del cuerpo herido y amarrarlo a este elemento. La idea es que quede bien apretado para evitar la circulación de sangre, y por ende la hemorragia, esto dará algunos minutos para partir al veterinario más cercano.
En el caso de que el animal sangre desde los ojos o la nariz, es recomendable aplicar un paño mojado con agua helada en la parte afectada. Esto actuará como vasoconstrictor, deteniendo el sangrado en el acto.
Los gatos generalmente sufren de sangrado de oídos. El que debe ser detenido mediante un tapón hecho de gasa y una venda que rodee la cabeza para fijarlo.
Ahogo: Si tu perro o gato se ahoga es fundamental hacerlo botar el agua que quedó en sus pulmones. Si se trata de una raza chica o gato es sencillo tomarlo de las patas, cabeza abajo, y sacudir su cuerpo. En el caso de una raza más grande, acostarlo de lado y levantar sus tres cuartas partes inferiores permitirá botar el agua.
En el caso de no toser, se debe constatar ritmo cardíaco y respiración.
Para realizar el masaje cardíaco, poner al animal de costado y bajar su cabeza subiendo las 3/4 partes y dejando las traseras bajas. Así, dar masaje cardíaco. En animales chicos poner una mano por delante del pecho y la otra por detrás, mientras que en razas más grandes las dos manos deben ir directamente al pecho.
Para dar respiración, ésta debe hacerse similar a la forma en que se hace entre humanos, salvo que en esta ocasión será boca-nariz en la que el socorrista soplará suavemente a su animal.
Bloqueo respiratorio: Si nuestro perro o gato tose mucho y se tragó algo. Dos personas deben tomarlo, idealmente. Una de ellas tiene que inmovilizarlo entre las piernas, abriendo su boca, mientras que la otra persona retira el objeto con manos o pinzas.
Si no es posible verla, la maniobra de hemilich es ideal para razas grandes. En el caso de gatos y razas pequeñas de perro, es mejor tomarlos cabeza abajo y sacudirlos hasta botarlo.
Huesos rotos: En caso de atropellos o caídas desafortunadas el tiempo es importantísimo. Si el animal dañó su columna, acostarlo en una tabla e inmovilizarlo llevándolo de inmediato a urgencias. En caso de patas quebradas, acostarlo y envolver el miembro dañado es lo correcto. En caso de costillas rotas – si notamos que no compromete su respiración – debemos fajar a nuestra mascota.
Aves Si nuestra ave aparece herida tenemos que tener claro que existe un gran chance de salvarla pero debemos estar tranquilos para no apretarlo, lo que puede dañarlo más que el propio accidente.
Levantarlas con suavidad: y observar si existen lesiones evidentes o sangrado. Revisar sus alas y patas.
No darle de comer hasta 30 minutos después: También observarlo hasta 3 horas después. Durante este tiempo notaremos si está en condiciones de volver a volar o sufrió algún tipo de daño mayor.
En caso de heridas sangrantes: Si sangra poco, se debe poner almidón de maíz en su herida, eso detendrá el sangrado. Para heridas de mediana intensidad aplicar una gasa y hacer presión, mientras que si es un corte profundo, ir al veterinario raudamente es la solución.
Imagen CC Rodrigo Tejeda