La salud de Teresa Romero ha evolucionado positivamente y ya se encuentra sin el virus de ébola, que la tuvo aislada en el Hospital Carlos III de Madrid, en España.
La auxiliar de enfermería, que fue la primera persona contagiada fuera de África, superó la enfermedad, pero debió enfrentar la muerte de su mascota, el conocido perrito Exácalibur que fue sacrificado a principios de este mes, por orden del Consejero de Sanidad de Madrid.
Hace una semana Teresa explicó a través de su vocera, que se sentía "atropellada" por la decisión que tomaron ante la situación en que se encontraba su mascota y ahora, en una reciente entrevista, aseguró que lo de Excálibur "fue un asesinato".
"Que el animal es inocente, qué culpa tiene el animal que está en casa tranquilo y tienen que venir a cogerle y asesinar al perro", aseveró la enfermera, mientras que calificó al consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, como un "irresponsable".
Rodríguez, por su parte, pidió disculpas a Teresa y su esposo, Javier Limón, puesto que en primera instancia acusó a la auxiliar de haber ocultado información sobre su estado de salud. Sin embargo, el marido de Teresa fue tajante en responder a la autoridad: "No acepto su perdón, porque han matado a nuestro perro y a mi mujer casi la matan".
"Excálibur fue ejecutado sin darme la oportunidad de reclamar. Y como hemos visto en Estados Unidos, no era necesario, ni siquiera se comprobó si estaba infectado", dijo Limón, refiriéndose al caso del perrito de Nina Pam, la enfermera estadounidense que también contrajo el virus.
Por ahora Teresa está enfocada en recuperarse cada día más y quizá cuando salga, buscará a algún sucesor para Excálibur, aunque Javier pide a gritos "¡Una Excalubita!", según una entrevista telefónica al diario español El Mundo.
Fuentes: El Mundo - El Comercio
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