A Martín (Titín) no lo quisieron cuando nació. Su mamá, una cocker spaniel igual a él, lo rechazó por inquieto y bueno para morder todo cuanto se cruzara en su camino. Suponemos que este desaire marcaría la vida de este perrito, que desarrolló un instinto materno especial, llevándolo a cuidar a niños y gatos como si fueran sus propios hijos.
Las malas lenguas dicen que se creía mamá, debido al trauma que le generó su propia dueña, al vestirlo con el traje rosado de una muñeca cuando recién tenía meses de vida. La verdad es que Titín vino a este mundo para proteger a los pequeños y a los que no lo son tanto pero que necesitaron, en algún minuto, de su afecto.
Susan, mamá humana de Titin desde hace 16 años, recuerda que hace tiempo, en un evento familiar, había una camada de gatitos abandonados recién nacidos. Dejaron a Martín suelto para que se paseara por el patio y mientras comían, lo vieron pasar de un lado a otro con una colita que sobresalía de su hocico. Sus amos, sobresaltados, corrieron detrás de él gritando: "¡escúpelo! ¡escúpelo!", hasta que se dieron cuenta de que Titín lo único que quería era llevarse a los gatitos a un lugar menos concurrido.
Por más que se le enseñó a espantar a los gatos ajenos del jardín, nunca entendió; dejaba que le mordieran las orejas y terminó transportando a todos los diminutos felinos que encontró esa tarde, a un lugar más seguro.
Con los niños era igual. Si algún adulto lo sacaba a pasear, tiraba como loco la correa para salir corriendo a todo lo que dieran sus cuatro patitas, pero si era un niño el que llevaba la correa, caminaba calmado como si fuera otro adulto cuidando a un hermano menor.
Así fue como Martín se ganó el cariño de personas, gatos y conejos durante sus 16 hermosos años de vida, tanto así, que muchas personas llegaron a despedirlo el día en que se tuvo que dormir, luego de años dando cariño, protección y amistad a todos los que lo rodearon.
Ahora el Titín descansa tranquilo, aunque sus amos están seguros de que sigue alerta y que los seguirá cuidando desde alguna parte, con esa gran ternura que siempre lo caracterizó y que seguirá viva en los corazones de todos los que amó.