Desde los 11 años he tenido perritos, tiempo en el que he aprendido mucho de ellos, sobre todo a amarlos. Esta es la historia de "Rocky" y "Mágica", una pareja de Collies muy cariñosos, regalones y celosos por quien demuestra más cariño a la familia.
A ojos de cualquier persona aparte de lindos y cariñosos, no presentan ninguna característica especial, pero para nuestra familia y amigos claro que la tienen. Antes de su llegada, teníamos otro Collie que también se llamaba "Rocky" (bastante originales somos para los nombres).
"Rocky" era muy buen guardián, bien bravo con los desconocidos y territorial con la casa. Tenía gestos faciales y actitudes muy particulares como su forma de mirar, inclinar la cabeza, demostrar afecto, lugares de vigilancia, etcétera. El falleció a los 10 años y medio de vida, en marzo de este año, dejando gran tristeza en el hogar. Luego de un tiempo, decidimos seguir la tradición y adquirimos la pareja de cachorros Collies que viven ahora con nosotros, los que ya tienen 6 meses.
Lo que hace tan especial a esta parejita, en particular al macho, es que adoptó las mismas costumbres de su antecesor, sin haberlo conocido y sin que ninguno de nosotros se las enseñara. Increíblemente Rocky tiene los mismos gestos, manías y comportamientos. Para sorpresa de mi familia y mía, ninguno de los otros Collies que hemos conocido se comporta de esta manera tan particular.
Desde sus casi 2 meses de vida y recién llegados a la casa, encontraron la tumba del anterior Rocky y se paraban frente a ella. Nosotros quedábamos perplejos. A medida que sus ladridos se hicieron más potentes, se volvieron guardianes de la casa, cosa que hacen como unos verdaderos vigilantes, mirando desde lo alto de la terraza y viendo qué ocurre alrededor, de la misma manera que su antecesor.
Con todo esto, llegué a la conclusión de que es algo que va más allá de lo explicable y que no solo nosotros los humanos, tenemos experiencias más allá de lo normal.