Yo nunca había visto algo así antes, pero cuando conocí a "Tauro" en 2010 -un pastor alemán adorable y muy regalón- me dio mucha risa, porque vi que tenía un lunar grande y negro en su lengua. Él nació en Santiago, pero su destino estaba junto a mis suegros en el campo; cambió el smog por los pinos, el río y una vida tranquila, así que desde lugar encanta con su peculiaridad.
Tauro llegó al campo, porque hace un tiempo y lamentablemente había muerto "Lobo", un perro pastor alemán que falleció intoxicado por veneno para perros. Entonces, el vacío era grande y necesitaban a otro compañero, porque el campo es muy grande y estos perros se caracterizan por ser cuidadores.
Antes de que cumpliera un año, Tauro se perdió y mis suegros de inmediato se asustaron por la experiencia vivida con Lobo. Esperaron una par de horas para ver si regresaba, pero no fue así, entonces debieron salir a buscarlo en la noche. Cada minuto que pasaba aumentaba la angustia y lamentablemente no tuvieron éxito.
Al día siguiente, salieron temprano de la casa y en el camino encontraron a un hombre al que le preguntaron si había visto a un pastor alemán. Afortunadamente, dijo que había visto un perro con esas características en la próxima casa por el camino local (calle local de Catillo).
Al llegar a la casa, sintieron los ladridos del perro y mi suegro eufóricamente llamó a la dueña de casa. Mi suegro le explicó a la persona que sabía, que había encontrado a su perro y que podía comprobarlo, porque tenía un lunar en su lengua. Pero ni siquiera tuvo que hacerlo, porque Tauro lo reconoció de inmediato y saltaba de la alegría, mostrando su curiosa mancha.
Su peculiar cualidad lo hace muy especial y sirvió para que pudiera regresar a casa. Cada vez que jadea o simplemente abre su hocico (bien grande porque está hacia atrás), muestra su encantador lunar.