"Jacinto" es un hermoso westie de cuatro meses. Adoptamos a su mamá, una belleza de seis años, pero hubo un pequeño detalle ¡No sabíamos que estaba embarazada! Cuando lo descubrimos, nos emocionamos pero también nos dio miedo. Nunca habíamos tenido una hembra en casa, menos habíamos tenido camadas. En este proceso nos apoyaron varios veterinarios, ya que el caso no era fácil; la perrita tenía una cesárea previa y suponíamos que el parto iba a ser complicado.
Así las cosas, durante la primera ecografía que le hicimos arrojó una gran sorpresa: eran cinco cachorros y nacerían en dos semanas. Comenzamos a preparar todo, pensando más bien en la cesárea que en un parto natural. Una noche de marzo nos despertamos con el sonido de la primera cachorra que nació.
Nuestra perrita, "Petunia", ya la tenía limpia y estaba en trabajo para que el siguiente cachorro naciera. No pudimos pegar un ojo y nos quedamos acompañándola hasta las 07:00 de la mañana, cuando tuvimos que partir al hospital veterinario porque, después de dos horas, no nacía otro cachorro. Yo había leído mucho al respecto durante esos últimos días, así que sabía que no podíamos seguir esperando.
La dejamos en el hospital, mientras la cachorrita recién nacida esperaba en casa. Al mediodía supimos que habían muerto tres cachorros y que sólo habían logrado salvar a uno, un macho, al que bautizamos como Jacinto. Los médicos nos contaron que habían tenido que reanimarlo, que tenía líquido en los pulmones y que era muy flaquito. En casa pasamos el primer susto: tuvimos que ir de urgencia con Jacinto, que estaba muy helado y no tomaba leche. Le compramos relleno para ayudarlo a alimentarse y lo pusimos sobre un guatero de semillas para que recuperara el calor.
Una semana más tarde, si bien era aún más pequeño que su hermana, ya tomaba leche por sí solo y empezaba a crecer. A su hermana le encontramos un hogar donde la quieren muchísimo. Jacinto se quedó con nosotros porque, además, tiene una hernia inguinal que requiere una operación en las próximas semanas. Lo hemos ido conociendo y nos encanta su personalidad.
Es travieso, juguetón, muy cariñoso y tierno. Le gusta correr y jugar con otros perros, morder los calcetines y los cables. A pesar de que aún está en proceso de aprendizaje y no ha sido del todo fácil, nos alegra mucho la vida y nuestra casa ya no sería lo mismo sin él. Ha sido, sin duda, la mejor sorpresa del último tiempo.