"Chuncho", era el gato que mi pololo -quien siempre ha sido un amante de los animales- tenía hace algunos años. Él lo cuidaba, lo mimaba e incluso dormían juntos. Así pasó algún tiempo, hasta que un día "Chuncho" desapareció.
Eric,mi pololo, cuenta que él se preocupó mucho, pensó que no volvería a ver a su gato nunca más. Pero una tarde, como si nada, "Chuncho" regresó. Pasó unos días más en su casa y de pronto, volvió a irse. Esta vez no lo invadió tanto la preocupación, si ya lo había hecho una vez, ¿por qué no lo haría otra vez?
De esta manera, el gato tenía un paseo de ida y vuelta constante. Lo que Eric no sabía, era dónde pasaba los días que no estaba en su casa, hasta que un día lo supo.
"Chuncho" estaba en la casa de un vecino, a sólo unos metros de su hogar original. Cuando se percató de la situación, Eric fue por su gato y vio que esa casa aledaña también era el hogar de minino; tenía su plato para comer con su nombre, una cama y el cariño de varios niños pequeños.
En la actualidad, nosotros pasamos por fuera de la casa de "Chuncho" y él mira a su antiguo amo, a veces se acerca y otras prefiere retirarse del lugar.
Quizá de qué dependerá, pero cada cierto tiempo el gato visita su antiguo hogar y se queda unos minutos. Nunca es mucho tiempo, él deja muy claro que sólo va de visita. Otras veces en que lo vamos a ver, él está con los pequeños de su hogar y solo se acerca a Eric para saludarlo y luego vuelve a sus quehaceres.
Lo cierto,es que mi pololo está tranquilo, porque ve que su gato es feliz en su hogar actual y al saber esto, se conforma con verlo solo cuando pasa por la casa en donde vive . Yo, particularmente, me doy cuenta que es tanto su amor por los animales, que se conforma con tenerlo lejos, pero verlo feliz.
Imagen CC geezaweezer