Por Soledad Vargas
Los años pasan más rápido para nuestro mejor amigo y la vejez los sorprende antes de lo que nos gustaría. Si sabemos cómo afrontarlo, podremos darle una buena vida y seguir compartiendo gratos momentos junto a él, sólo que de manera distinta. Por eso es fundamental detectar esas primeras señales, para poder darle los cuidados que necesite.
Los veterinarios consideran que un perro pequeño, es viejo a partir de los 12 años. Los perros medianos, a partir de los 10 y los grandes, desde los 8 años. Aunque en la práctica, todo depende de la jovialidad que muestre nuestro peludo y de ciertas señales, tanto en su conducta como en su estado físico.
Las más típicas son: el encanecimiento del pelo, la pérdida de interés por el juego, necesidad de dormir más, rigidez de las extremidades al despertar, mayor irritabilidad, ojos opacos por cambios en la retina o cataratas y dificultad para controlar esfínteres.
Principales cuidados:
-Darle alimentos con alto contenido en fibra, fáciles de digerir y bajos en sodio, para prevenir enfermedades cardíacas.
-Cepillarlo seguido, ya que la espina dorsal pierde flexibilidad y le costará asearse.
-Dormir en una cama blanda con cojines y mantas suaves para aliviar dolores provocados por la artritis.
-Paseos más cortos pero más seguidos, ya que necesitan mover las articulaciones para no perder la agilidad de sus patas.
-Mantenerlo delgado para disminuir problemas de movilidad en las articulaciones, que podrían estar rígidas por malformaciones degenerativas propias de la edad.
Lo más importante es tener paciencia para recogerlo si se cae, no enojarse si ensucia donde antes no lo hacía y aceptarlo ahora que quiere tomarse la vida con más calma. Ya no tendrás un guardián o un compañero de juegos, pero todavía podrás abrazar a tu amigo, darle la mano y mimarlo para agradecerle todos esos años de diversión, compañía y cariño desinteresado.
Imagen CC M.Peinado