Imposible no caer en la tentación de llevarse un cachorro a la casa: esos ojitos profundos, las orejas atentas, la cola siempre moviéndose y para qué hablar de su suavidad al tacto. Peludos, leales y tiernos, son unas de las mascotas favoritas de los chilenos, al punto de que pueden ser rostro de ventas del gas licuado si se lo proponen. Pero tener una mascota es mucho más que tomarle fotos durmiendo para el Facebook o darle palmaditas en la cabeza: es un ser vivo y una gran responsabilidad. Parte de la tenencia responsable consiste en saber si puedes hacer feliz y darle una buena vida a tu cachorro. Por eso, en Mascotadictos proponemos un listado que te ayudará a saber si estás listo para dejar que un perrito entre en tu vida.
No estás preparado si... 1. Estás todo el día fuera de casa A veces es inevitable: tienes que ir a la pega, a la U, a veces a hacer trámites o simplemente a visitar a un amigo. Las horas vuelan y antes de que te des cuenta ya oscureció y recién vas llegando a la casa. Pero para un perro el día no corre tan rápido y te extrañará cada segundo que estés fuera. Con esto aumentará su cuota de estrés y ansiedad, provocando problemas de comportamiento, como destrozos o pipí por toda tu alfombra.
Si rara vez hay alguien en el hogar, sólo lo estarás torturando con tu ausencia y lo mejor sería considerar tener mascotas menos dependientes (como un gato, tortuga, peces) o directamente, no tener ningún animalito.
- No tienes tiempo para criarlo El primer año de vida del cachorro es vital, porque es ahí donde estará más receptivo a las enseñanzas que le des. Si vives llevándote pega a la casa o apareces allá tan cansado que no das más guerra, probablemente no tengas las fuerzas para enseñarle dónde está su baño, a no escarbar los sillones o ante qué orden debe quedarse quieto. Ellos crecen rápido y si nunca te dedicas a esta tarea, los problemas aparecerán pronto: no sabrás cómo controlar a tu perro y éste puede puede terminar destruyendo el inmueble entero. Una opción sería llevarlo con un entrenador profesional, pero estos cuestan dinero. Lo mejor es preguntarte a ti mismo, "¿Seré realmente capaz?"
3. Te gusta el silencio Sí, es genial dormir tranquilo: sin ninguna mosca volando encima y poder despertar al día siguiente con los pajaritos cantando. Pero debes tener claro que cuando un can llega a tu vida, el panorama cambia totalmente y sus ladridos serán tu despertador y música de fondo. Ojo, que hay algunas razas que son más "ladradoras" que otras. Por lo general, los perros pequeños suelen ser más territoriales y ruidosos que los más grandes, pero todo dependerá de cómo lo críes.
- Adoras tu casa bien ordenada Hay personas que son más obsesivas en cuanto al orden y limpieza de su hogar y viven pendientes del brillo de los muebles o de limpiar el sofá. Esto no tiene nada de malo, pero si consideras tener un perro, tendrás que comprender que más de una vez te encontrarás con un desastre, ya sea porque lo dejaste mucho rato solo y decidió desquitarse con las cortinas o porque simplemente le gusta escarbar el sillón de felpa porque es muy suave.
5. Te carga caminar Hay quienes admiten raramente salen a dar paseos y prefieren movilizarse en auto o transporte público. Pero un perro necesita de ejercicio diario y aunque hay juegos que lo pueden mantener bien entretenido, las caminatas son el ideal. No sacarlo a dar una vuelta, aunque sea una vez al día, afectará seriamente su comportamiento y salud.
- Siempre andas corto de dinero Puedes tener todo el amor del mundo para entregarle a una mascota, pero lamentablemente, esta no vive sólo de cariño. Si eres de los que vive con el bolsillo vacío, tener un perro sería contraproducente, porque estos acarrean muchos gastos: vacunas, alimento, desparasitantes externos e internos, esterilización y visitas al veterinario son algunas de las cosas que mermarán tu presupuesto. Si lo único que te falta es el dinero, te recomendamos que postergues una adopción perruna hasta que te estabilices.
7. Eres demasiado apegado a tus cosas Quienes tuvimos hermanos pequeños no tenemos este problema, porque perdimos nuestros juguetes más preciados en sus manitos... Pero otras personas no están acostumbradas a esto y son muy apegadas a sus posesiones. Por eso, hay que aclarar que con un can viviendo en casa, más de alguna vez las botas favoritas o el mantel que bordó la bisabuela van a terminar con un mordisco, embarrados o totalmente maltrechos.
- Tienes poco espacio Hasta los perros más pequeños necesitan de un espacio mínimo para poder correr, dormir, comer y hacer sus necesidades sin andar chocando contra todas las cosas. Si vives en un departamento estudio donde con suerte cabe tu cama, probablemente tendrás que reconsiderar tener un perro.
Esperamos que estas indicaciones los ayuden a decidir si están preparados para recibir un nuevo (y peludo) miembro en la familia. Plantearse temas como los mencionados no sólo ayudará al perrito, sino que también a la salud mental de la persona. Para quienes pasaron esta pequeña prueba invictos, ¡felicidades y mucha suerte en la nueva aventura!