A mi mejor amiga la conozco desde que tengo 5 años; cuando nos conocimos nos llevamos bien de inmediato, ya que teníamos muchas cosas en común, desde que nacimos el mismo día, hasta nuestro amor por los gatos. En esta nota les contaré sobre una de sus felinos y su particular obsesión.
El gato se llama Juanito y tiene tres años y medio. Desde que llegó a su vida, se ha caracterizado por tener un forma muy peculiar de comportarse, ya que cela a la mamá de mi amiga, gritando y haciendo berrinches cuando toma en brazo a la otra mascota.
Además, no le gustan los juguetes convencionales, sino que prefiere matar el tiempo con una pelota hecha de bolsas, paseándola por todo el departamento, pero una de las cosas más extrañas que hace tan particular a este minino, es que le gusta comerse las cintas de regalo, echando a perder decenas de presentes en navidad, cumpleaños, hasta incluso este día del padre, ya que “abrió el regalo” antes que lo hiciera el festejado.
Esta adicción la presentó desde un principio, por lo que tuvieron que esconder la caja en donde guardaban las cintas, el problema es que igual las descubrió. Por otro lado, siempre escucha cuando alguien tiene una en su mano, por lo que es muy complicado envolver regalos, ya que se vuelve loco cada vez que ve una cinta. El problema de todo esto, es que no solo juega con ellas, sino que se las come, lo que le podría generar un gran problema en su intestino, de hecho, mi amiga siempre vuelve a ver a la cinta después que se la come (si saben a lo que me refiero)
Juanito es un gato muy tierno, que siempre es un agrado acariciar, pero jamás hay que llevarle un regalo, porque el interior va a ser lo que menos le va a preocupar.