A mí nunca me han gustado los perros pequeños. No es que ande pateando poodles por ahí, sino que simplemente no son mi mascota idónea, por lo que nunca tendría uno en mi casa. Cuando vivía en Arauco, tenía muchos perros gigantes y de esos bien aperrados (valga la redundancia) que se escapaban a cazar conejos en las noches, volaban sobre las cercas, comían lo que había y les gustaba correr bajo la lluvia.
También tuve una gata que se creía perro, pero esa es otra historia. Entonces llegó el 2014 y debido a distintos giros de la vida (que incluyeron el ataque de un perro y quedar sin trabajo), debí irme a vivir con una tía. Fue ahí cuando me pregunté qué tal resultaría la convivencia con el más pequeño de los integrantes del clan:"Wolfi", un bichón maltés.
Debo partir mencionando que, desde que vivo con él, no puedo andar ni en calcetines o pantuflas -porque las ataca- ni mucho menos a pie pelado, porque es un fetichista y los lame. Mi alarma oficial dejó de ser el celular y ahora despierto a las 9 AM con sus ladridos enojados, mientras sube y baja la escalera, porque le cae mal el Schnauzer del vecino y siempre lo pasean a esa hora. Debo tener especial cuidado a la altura en que dejo las cosas: mis lentes todos mordisqueados me enseñaron que es una especie de perro volador y se sube a las mesas igual -o mejor- que un gato. También debo mirar muy bien antes de pisar, porque nunca se sabe dónde puede haber una “sorpresa”. Pero el más grande de los efectos fue este: acá jamás me aburro. Ese perro loco, rebelde ante las órdenes y tan mamón que se echa a llorar si lo dejan un milisegundo solo, ha probado ser una excelente compañía. Y debo admitir que me gusta verlo echado durmiendo en su cojín, porque parece un algodón y que es agradable cuando se sube a mi cama y se tiende sobre mis pies, a modo de guatero. Así que puedo declararme una amante de los canes de todos los tamaños desde que lo conocí.
Para los que están pensando en conseguir un perro así, debo hacer un par de advertencias:
1) Son extremadamente hiperkinéticos.
2) Y mañosos y territoriales. Parecen tener una rivalidad especial con los Schnauzers.
3) No saltan, vuelan.
4) Quizá necesiten un entrenador para lograr enseñarles a ir al baño.
5) Pero la paciencia que les tengan, será totalmente recompensada :) aunque sea con una de sus profundas miradas de amor.