Cambiarse de casa es estresante para todos. Muchos trámites en poco tiempo, esfuerzo físico para mover y cargar muebles e incluso, está el lado afectivo de abandonar un lugar del que guardamos buenos recuerdos.
Uno de los aspectos muy descuidados, es la atención que debemos dar a nuestra mascota en dichos cambios, ya que ellos son muy propensos a sentir el mismo -o peor- estrés que experimentamos nosotros. Por ello, lo primero es asumir que nuestra mascota no es otro mueble que se trasladará a la nueva casa y punto. No, requiere de especiales cuidados y aquí contamos muchos de ellos:
1) Tú debes transmitirle tranquilidad: como se sabe, las mascotas -unas más que otras- son muy sensitivas y tienden a hacer suyas tus emociones, por lo que si te ve, escucha y siente estresado cuando trates con ella, es muy probable que le traspases aquello. Haz un esfuerzo antes de tomarla u ordenarle algo, cuenta hasta diez tal como lo harías con otro miembro de tu familia.
2) Comodidad en el viaje: no le sumes un factor extra al concepto de cambio, que ya es perjudicial para la calma de tu mascota. Dale un viaje cómodo donde tenga buena ventilación y luz, bajo la mirada tuya o de otro miembro familiar para que tenga la seguridad de saber que siguen allí y no la han abandonado. De igual modo recuerda que ruidos exagerados aumentaran la intranquilidad de tu mascota.
3) No laves sus cosas antes del cambio: el olor de sus juguetes, sus platos, su frazada o su almohada, le ayudarán a acostumbrarse en su nuevo hogar. Al menos en un comienzo, servirán de atenuantes al cambio, lo que va estrechamente vinculado al próximo dato.
4) Recrea su antiguo ambiente: por eso es importante que le lleves sus cosas regalonas y su casa de siempre. No creas que un cambio de dirección tuyo, debe significar comprar una casa nueva también para tu mascota. Llévale la antigua y déjasela un par de meses antes de renovarle su techo. La idea es la misma, que no tenga que adaptarse a todo junto de una vez.
5) No permitas que se aburra: además de la separación, el aburrimiento es la principal causa de estrés en las mascotas, especialmente en perros, por lo que no descuides a tu amigo a pesar del mucho trabajo que tengas por el cambio de casa. Respeta sus paseos y las actividades que siempre ha tenido, si puedes comparte aún más con él, de seguro tú también agradecerás el esparcimiento de ese momento.
6) No lo dejes solo: si está en un ambiente desconocido y además no reconoce a nadie, o peor aún, se encuentra solo o sola, su estrés aumentará, pues no sabrá cómo actuar y no tendrá a nadie que lo guíe. Además, la soledad le dará tiempo de aburrirse y de seguro no liberará energía, todo está conectado.
7) Llévale a su amigo: si tu mascota es del tipo sociable, aprovecha esa virtud y explótala en los paseos y salidas. Un buen ejercicio, sería que le llevaras a su nuevo hogar a un viejo amigo, por ejemplo, el perro de otro familiar que ya conozca. Esto le hará entender que la vida sigue igual a pesar del cambio, los animales son más inteligentes y percetivos de lo que solemos pensar.
8) Atento a su personalidad: los cambios en su personalidad son signo directo de estrés, por lo que debemos poner atención a su nivel de agresividad -aunque ya lo fuera- o nerviosismo, reflejado en los ladridos, los gruñidos e incluso en la mordida. También puede verse particularmente "flojo" y sin ganas de jugar o pasear, lo que otra vez es signo de estrés. En general, una buena adaptación, significaría que tu perro no se aleje mucho de sus costumbres.
9) Atento a su cuerpo: El estrés se manifiesta en el cuerpo de tu mascota. Puede significarle rascarse más de la cuenta, vomitar o tener diarrea, incluso un animal muy estresado comienza a inferirse daño a sí mismo, mordiéndose, por ejemplo. En el caso de las aves, puede significar incluso que se desplumen. Ante la primera señal de este tipo debemos ponernos alerta y consultar a un experto. Para mejorar su cuerpo, podemos darle a nuestra mascota masajes anti estrés.
10) Si el estrés permanece, ten cuidado: ya que tu mascota mantiene un "estado de alerta" por no estar tranquilo, lo que eleva su frecuencia cardíaca y aumenta su nivel de consumo energético. Cuando sus reservas comienzan a quemarse, el animal se vuelve débil y sus defensas disminuyen drásticamente, por lo que se vuelve muy propenso a contagiarse de otras enfermedades.
Siempre es necesario recordarles, que estos son consejos generales. Cada especie y cada individuo dentro de ella, es un caso distinto que necesita de una evaluación individual. Sin embargo, son recomendaciones muy válidas a la hora de cambiar de casa junto a nuestra mascota.
¿Ya has pasado por esta estresante circunstancia? Cuéntanos tu experiencia.
Imagen CC fimoculous