Ella es Almendra, una perrita de raza Maltés de 6 años, que llegó a los brazos de su familia a los 5 meses de edad y vive en la Región de Los Lagos, en la hermosa isla de Chiloé.
Desde muy pequeña comenzó a hacer diferentes gestos y actos, que lograron convertirla en la regalona de la casa, aunque tiene 2 parientes perrunos más en su hogar: “Mani” y “Dali”. Es tan regalona, que ni siquiera vive en el patio como sus compañeros, ella es de la casa, duerme y come adentro, pasea en auto y prefiere estar junto a sus “papitos” humanos en el calor de su hogar, que jugar en el frío con los otros perritos.
Como la vemos en la fotografía, lo que más le gusta hacer es aplaudir, ¡sí aplaudir! Simplemente se lo piden y ella lo hace para que todos queden contentos, se sube en una silla y muy bien sentada comienza a aplaudir sin parar hasta conseguir lo que ella quiera, pero por sobretodo las risas y alegrías que provoca en sus amos cuando hace su gracia. ¡Uf! Y cuando hay visitas, se luce más aún, le fascina que la vean y así poder recibir más cariño o comida.
Otra de Almendra es hacer "chócale", ¡símbolo de cualquier amistad! Es que esta Maltés es una mascota muy amistosa, siempre es la alegría de las fiestas y juntas familiares. Cada vez que quiere conseguir algo, ya sea comida, salidas o simplemente cariño, sale con alguna de sus gracias y con esto siempre logra conseguir lo que desea.
Aunque esta perrita fue entrenada por su dueña, los logros y aplausos de los lleva Almendra, es que es muy llamativa cada vez que comienza a hacerlo.
Con los años, su familia ha aprendido lo necesario que es premiar y poner atención a la perrita, cada vez que hace alguna de sus gracias fuera de lo común, ya que esa es la única manera que pueda hacerlo una y otra vez.
Es lindo darse cuenta que la mascota de la casa vive feliz y solo hace cosas entretenidas para enorgullecer a los integrantes de su familia.
Sin duda, todos tenemos una mascota con alguna "gracia", por eso hay que destacarlas siempre y sentirse orgullosos de los que ellas o ellos han aprendido, ya que lo único que nos piden es alegría, atención y cariño infinito.