Luego del gran y terrible incendio que comenzó en Valparaíso, el pasado 12 de abril, pudimos darnos cuenta de que para emergencias -lamentablemente en Chile- no estamos. Si hasta para organizar ayuda a las personas, el accionar oficial es lento, imagínense cómo es el caso para las mascotas.
Sabemos que si no es por la rápida acción de la Protectora de Animales de Valparaíso y otros muchos grupos animalistas y voluntarios, que desde el día 1 de la tragedia comenzaron a trabajar incesantes para rescatar, atender y cuidar a los animalitos del puerto, quizá su condición sería extrema y hasta puede que muchos ya hubieran muerto.
Lo más triste, es que ya se tenía antecedentes de estas falencias y de lo necesario que se ha convertido la creación de un protocolo para mascotas, en caso de catástrofes como esta. Ya en el gran incendio que afectó a Rodelillo, el 14 de febrero de 2013, se le había pedido al Estado, que se estableciera una norma al respecto.
Pero no, tuvo que ocurrir una nueva tragedia para que otra vez los animalistas pudieran alzar la voz, con antecedentes frescos de una catástrofe. Y así lo hizo la directora de la ONG Pro Animal Chile, Patricia Cocas, que recordó el proyecto presentado en 2009 para rescate animal ante emergencias, que aún descansa en el Parlamento.
"Nosotros presentamos un proyecto de ley en 2009, donde la Onemi incluya en su evacuación el rescate y manejo de animales. Hoy no hay nada y el proyecto está dormido en el Congreso", afirma Patricia.
Afortunadamente, tenemos al menos a un parlamentario que está de acuerdo. El Senador Fulvio Rossi, también considera que es necesario poner en regla un plan para las mascotas. "En las catástrofes se debe considerar a todos los seres vivos involucrados. Es algo que está pendiente y que debe ser agregado al protocolo de emergencia", aseguró Rossi.
Nosotros -y sabemos muchas otras personas- esperamos que no tenga que ocurrir otra seguidilla de incendios u otro terremoto en zonas costeras, para que la evacuación con animales y mascotas, sea una obligación para las personas. De hecho, se trata de algo más que eso: es un deber que tenemos los humanos, es un derecho que todo peludo se merece.
Fuente: Publimetro