A diario vemos cómo algunas familias, deben sortear una larga lista de "pruebas" para poder adoptar a niños, ya sea porque no pueden concebir ellos mismos o bien por solidaridad o altruismo. Pero ¿Qué pasa en el caso de los animales? Se supone que ellos no saben lo que significan los valores, porque no han sido educados como los humanos y hacerse cargo de otras crías, va en contra de la evolución de su especie. Entonces ¿Por qué adoptan los animales? La bióloga marina Marianne Riedman y su colega Burney Le Boeuf, han estudiado la adopción en las focas, desde 1976, especialmente las de la isla "Año Nuevo", de California. A través de su investigación, Riedman puede asegurar que sólo algunas focas, tienden a volverse "padres adoptivos", especialmente las hembras. Curiosamente, dentro de las que adoptan, destacan mucho más las que han perdido a una cría. ¿Sorprendente, no?
Una de las posibles razones para esta conducta, es que el hecho de adoptar, ayudaría a las hembras a reproducirse en el futuro, ya que el amamantamiento regular, podría inducir a la ovulación, lo que las volvería más aptas, para dar a luz a su propia cría, en la siguiente temporada.
Pero este no sería el único beneficio de adoptar. La especialista, dice que también hay hembras que jamás han dado a luz y acogen a crías ajenas, con las que no tienen parentesco. Así, obtendrían "experiencia maternal", lo que aumenta sus habilidades, para cuando tengan sus propios hijos. El biólogo George C. Williams, habla de una "función reproductiva despistada". Esto ocurre, cuando las hembras ya se sienten preparadas para cumplir la función de madre, lo que en los humanos llamamos "el instinto maternal". En estos casos, como la hembra no tiene a su propia cría, vuelca todo su interés en los bebés de otras madres.
En el caso de las aves, los polluelos migran de sus nidos de forma intencional, buscando ser adoptados, por poco tiempo o para siempre. Los biólogos de la Universidad de Córdoba, en España, estudiaron el comportamiento de las cigüeñas blancas y notaron que en una temporada, el 40% de las camadas cambiaron de nidos, a lo largo de tres colonias distintas de cigüeñas. Surge la duda entonces ¿Por qué las hembras aceptan a polluelos extraños, sabiendo que podrían quitarle fácilmente la comida, a sus propias crías pequeñas? Uno de los motivos, puede ser que ellas no sepan distinguir entre los polluelos propios y los ajenos. En el caso de los primates, se ha detectado un comportamiento adoptivo en los monos aulladores rojos de Venezuela, los monos araña lanudos de Brasil e incluso en los chimpancés. Sin embargo, todos ellos y también las cigüeñas, sólo han acogido a crías de su misma especie.
Pero la adopción entre distintas especies existe, ya sea en cautiverio o en entornos salvajes. En el 2004, investigadores se encontraron con un mono tití, que viajaba con un grupo de monos capuchinos, en la reserva natural de Boa Vista, en Brasil. El pequeño tití, habría compartido por al menor 14 meses con dos hembras adoptivas.
Estos estudios, nos demuestran que el instinto maternal, realmente existe y es universal, incluso, entre diferentes especies ¿O acaso ustedes no ven a sus mascotas como sus pequeños bebés?
Fuente: BBC
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