Esta es, sin duda, una pésima noticia. Fue aprobada en nuestro país - con fecha 9 de enero -la polémica modificación a la Ley Nacional de Caza, que ampliaría sus horizontes permitiendo el exterminio de perros salvajes y guanacos. Lo anterior, pese a que tal medida ha sido fuertemente cuestionada y repudiada por organizaciones animalistas.
La medida se fundamenta en controlar los ataques de estos animales hacia ovinos y bovinos. Se trata en su mayoría de mascotas que fueron abandonadas a su suerte por sus amos en terrenos baldíos y de difícil supervivencia, por lo que estos peluditos se volvieron agresivos y aprendieron a cazar a otros animales para poderse alimentar. Por ello, causan estragos entre los criadores al asesinar al ganado.
Este decreto modificatorio facultará a los cazadores para actuar sin distinción sobre estos animales, acribillándolos si se encuentran a campo abierto y representan un peligro tanto para ovejas y vacunos como para la fauna silvestre. No obstante que los fines perseguidos puedan ser atendibles, la preocupación radica en que esta medida pueda abrir las puertas a la caza de peluditos vagabundos, que presenten bajos niveles de agresividad y puedan ser reinsertados en hogares de adoptantes. Es probable que se esté escondiendo la intención de controlar a la población canina errante, de la manera más cruel y salvaje posible. Otras especies que podrían verse afectadas son el zorro culpeo y la chinchilla.
Esperamos que se establezcan las debidas providencias, a fin de evitar que en virtud de esta ley se cometan dolorosos abusos contra nuestros animales. Aunque, francamente, nos parece que en el escenario actual, es imposible fiscalizar su debido cumplimiento.
Ustedes, ¿qué soluciones proponen?