Estos hermosos gatos se caracterizan por ser muy cariñosos con sus dueños. Si bien prefieren a una sola persona en particular, son sociables y muy familiares. Además, son tranquilos, pero necesitan ejercitarse y jugar para descargar energías. De no hacerlo, pueden ponerse algo traviesos.
Son originarios de Turquía y se podrían considerar una de las razas más antiguas. Los mininos más llamativos de esta casta son los que tienen el pelaje blanco y los ojos dispares. Aunque también se admiten los azules, negros, rojos y atigrados y blancos. En este sentido, su pelo es semilargo, sedoso, suave y liso.
La textura del manto es muy sedosa, pero no produce pelusa lanosa, por lo que generará “motas”. Y sólo requiere un cepillado de vez en cuando y más frecuente cuando pelechan (en cambio estacional). Asimismo, el macho puede generar un collar más grueso.
Son delgados y musculosos, lo que les da un aspecto elegante. De tamaño mediano (4 Kgs. aproximadamente). Tiene las patas traseras más largas que las delanteras. Poseen cabeza, orejas y hocico puntiagudos. Particularmente, la cola es gruesa y muy peluda, aunque se va estrechando hacia la punta.
Por otro lado, son felinos longevos y saludables. Aunque los gatos blancos con ojos dispares pueden presentar sordera congénita. De igual modo - por su pelo largo - pueden presentar tricobezoares (bolas de pelos en su sistema digestivo).
Con respecto a su carácter, son muy cariñosos, juguetones y fieles con su familia. Estos animales son inteligentes y “llevados a su idea”, por lo que deben ser educados desde muy pequeños.
Al momento de jugar pueden ser algo bruscos, por ejemplo, enterrarnos la garrita. No es que sean malos, sino que se entusiasman mucho y ¡tienen demasiada energía!. Si juegas con una pelotita, con el tiempo aprenderá a golpearla con la patita para devolvértela. Finalmente, son parlanchines: maúllan y se comunican mucho. Por lo que difícilmente el dueño se sentirá solo estando junto a su mascota.
Foto CC vía http://es.wikipedia.org/wiki/Angora_turco