Los perros y gatos blancos - o albinos - requieren de cuidados muy especiales, dada la delicadeza de su piel. Son especiales para la vida en departamento, ya que un hogar de estas características reduce su exposición al sol, con el consiguiente riesgo de contraer cáncer a la piel, el cual en ellos se da en porcentajes bastante elevados.
Pero el cáncer no es la única patología cutánea a que se exponen estos tiernos amigos: también la dermatitis solar se da con alta frecuencia, especialmente en los que cuentan entre 10 y 11 años (es decir, es un mal propio de la senectud). Se considera un estado previo al del cáncer a la piel canino o felino. Al igual que el carcinoma, es un padecimiento que puede prevenirse disminuyendo la permanencia del animalito en jardines donde pueda asolearse a destajo.
Las horas en que hay que extremar los cuidados son entre las 9 y las 16 horas, instantes en que el astro está en su apogeo y la radiación UV es más elevada. Se recomienda no sacar a los canes a pasear en este horario.
Más allá de cuidar la exposición solar, los perros y gatos albinos se comportan y tienen las mismas necesidades de cualquier otra mascota. El albinismo es sólo una condición que puede darse en todas las razas y los hace marcadamente fotosensibles, aumentando su vulnerabilidad ante la luz del sol. Los perros albinos, adicionalmente, tienden a desarrollar problemas al oído o padecer ceguera.
Cabe tener en cuenta que no todos los animalitos de color claro son albinos. Los albinos tienen ciertas características que una mascota blanca puede no poseer. Por ejemplo: ojos azules traslúcidos, además de nariz, borde de ojos y almohadillas de tono rosado. Si tu regalón es albino, no te inquietes: sólo extrema sus cuidados y vigila la exposición que tenga al sol. Sólo así podrá desarrollar una vida saludable y sin grandes complicaciones.