Ya es sabido que cuando se trata de identificar qué es lo que sienten los perros, el lenguaje corporal es uno de los elementos más importantes a considerar. Sin embargo, esta no sería la única forma para poder determinar si tu perro está feliz, triste o enojado.
Hace un tiempo, los científicos consideraban que el ladrido de un perro no era más que un simple sonido que no contenía información y por ende, era resultado de una elección aleatoria que no tenía mucha explicación.
Pero hoy en día no hay que ser muy científico para darse cuenta que el ladrido no siempre es igual y que justamente este va acompañado de una expresión corporal que viene a confirmar la emocionalidad del animal.
Todos quienes han convivido con un perro saben de lo que estoy hablando. Es más, cuando los dueños logran un lazo demasiado cercano con sus mascotas, suelen decir “es como si me entendiera”, cuando en realidad son ellos mismos los que han logrado desarrollar una capacidad de entendimiento con el can.
En este sentido, el ladrido de los perros y sus características nos dirán mucho de lo que están sintiendo o queriendo decir. Es así como en Hungría se realizó un experimento donde las personas debían identificar las intenciones emocionales de un grupo de perros a través de una diversidad de ladridos.
El experimento consistió en generar situaciones claves (seleccionadas) en donde los perros ladraran para luego ser grabados. A continuación, estas grabaciones fueron escuchadas por un grupo de personas y estos, sin saber en qué situación se encontraba el perro, comenzaron a adivinar la supuesta emoción del animal.
Por ejemplo, una de las situaciones escogidas fue amarrar al perro a un árbol y dejarlo solo por un instante. Como se pueden imaginar, el perro al quedar solo comenzó a ladrar. Sorprendentemente, los comentarios de los participantes cuando escucharon las grabaciones fueron muy acertados: “suena como un perro que reclama atención”, “está ansioso”, “está triste; afligido”, “quiere que lo liberen de una cadena o algo por el estilo”. Cuando el perro fue excitado mostrándole una pelota con la que se le incitaba a jugar, los comentarios fueron aún más precisos: “creo que ese es juguetón”, “excitación”, “parece como si le estuviera pidiendo algo a su dueño”, “suena como si quisiera una pelota o un juguete, podría estar jugando con eso”. Una vez finalizado el experimento, además de precisar que los comentarios de los participantes fueron muy asertivos, se ha podido determinar que existen ciertos criterios para poder establecer la emocionalidad de un perro: frecuencia, tonalidad e intervalo. Seguramente tú ya ocupas estos criterios para reconocer que es lo que tu mascota te está pidiendo. Escucha sus ladridos, quizás esto te ayude a fortalecer los lazos que tienes con tu mascota.
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