La mayoría de las palabras que empleamos a diario las hemos adquirido casi por osmosis, es decir, por repetición y por ser parte de determinadas culturas que condicionan nuestro lenguaje y vocabulario.
Pero muchas veces vale la pena preguntarse qué significan ciertos términos que utilizamos cotidianamente para, de alguna forma, tomar conciencia de lo que estamos diciendo. Por este motivo es que investigué sobre el significado de la palabra mascota, que tanto rechazo genera en animalistas.
Según la mayor cantidad de definiciones que encontré, la palabra mascota significa amuleto u objeto que da suerte o beneficios a quien lo lleva, por lo que se acuñó para los animales de compañía que debían entregar felicidad o satisfacción a sus amos.
El término es de origen francés y deriva de “mascotte” para nombrar a animales domesticados que no tienen fines comerciales ni alimenticios pero sí recreativos y lúdicos. Tanto animalistas como muchos amantes de los animales prescinden de utilizar este término argumentando que se reduce a calidad de objetos a seres vivientes, que tienen más necesidades que sólo un lugar donde dormir y comer.
En lo personal prefiero ver a los animales como amigos, con los que puedo compartir y a los que puedo querer comprendiendo que son independientes de mí, que tienen necesidades distintas y que fundamentalmente no existen sólo para mí y para mi satisfacción.
¿Qué opinas tú respecto al uso de este término?
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