Es común que los bostezos se contagien entre humanos. Se ha comprobado que a los chimpancés también les pasa esto entre ellos. Y ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Tokio publicado por la revista Plos One, ha sugerido que el bostezo también se puede dar entre humanos y perros. En la investigación participaron 25 perros de razas muy distintas entre sí como los Pitbull, Pequinés, Golden Retriever y Pastor Alemán, entre otras. Estos se colocaron frente a sus dueños mientras ellos bostezaban, o bien abrían la boca mecánicamente. Este experimento se volvió a repetir, esta vez con personas desconocidas para los canes.
Al observar a estos animales, se pudo concluir que la mayoría de las veces los perros imitan el bostezo de los humanos, quienes bostezaron 22 veces cuando se trataba de uno real. En cambio, cuando las personas sólo movían la boca, los perros bostezaron 5 veces.
Pero con los dueños, esta posibilidad aumenta: los perros se contagiaron hasta tres veces más cuando bostezaba su dueño, en comparación a cuando lo hacía un extraño. Esta situación se explicaría por la empatía y la proximidad emocional que sienten hacia los amos.
Además, los perros también pueden sentir fatiga, por lo tanto, cuando observa que su dueño hace este común gesto de cansancio, también lo acompaña bostezando, empatizando con él.
“Nuestros resultados demuestran que existe una base empática para contagiar un bostezo, y que ésta está modulada por el apego emocional que sienten el can y su dueño”, dijo Teresa Romero, bióloga participante del estudio.
Por otro lado, se midió la frecuencia cardiaca de los canes, mientras se observaba cómo respondía ante el bostezo de la persona. De esta forma, los científicos pudieron descartar que el bostezo canino se debiera a una respuesta frente al estrés.
Y aunque ahora pondremos atención en nuestros perros cada vez que bostezamos, ¿cuál sería la importancia de confirmar de este estudio, más allá de la simpatía que nos producen los resultados? “Si el contagio del bostezo, en efecto, está relacionado con la capacidad de empatía, podría convertirlo en una poderosa herramienta para explorar las raíces de la empatía en la evolución animal mediante el estudio del contagio del bostezo entre diferentes especies”, se concluye en la investigación.
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