Separarnos de nuestra mascota nos puede ocasionar un gran pesar. Incluso, en momentos tan cotidianos como cuando nos miran con carita de pena antes de irnos a trabajar o estudiar. Sin embargo, si llegamos a casa y encontramos todo destrozado, la tristeza se olvida y nos podemos enojar demasiado. Estos actos tienen una explicación y se llama ansiedad por separación. La ansiedad por separación es muy común en cachorros de 3 ó 4 meses, pero también se puede generar en perros adultos. Ésta se caracteriza principalmente por la destrucción de zapatos, ropa, cojines u otras cosas, hasta puertas y paredes. Lloran o aúllan, se orinan, defecan y/o vomitan en cualquier parte de la casa cuando no estamos (se pueden presentar uno, varios o todos los síntomas).
Es decir, cuando nuestros cuadrúpedos amigos se quedan solos o el dueño no llega a la hora de costumbre, presentan varios síntomas porque están ansiosos, nerviosos o estresados por la soledad –lo que explica por qué no se portan mal cuando nosotros estamos-, ya que por naturaleza ellos conviven en manada, siguiendo al líder.Algunos consejos que podemos dar para evitar que nuestro peludo regalón nos derrumbe la casa son:
- Mantenerlos entretenidos con algún juguete, mejor si tiene alimento en su interior. - Jamás darles zapatos o ropa en desuso para que jueguen (después nos distinguirán entre cuáles son de él y cuales son intocables). - Acostumbrarlos de cachorros a estar solos (no tenerlos todo el día en brazos, por ejemplo). - Ignorarlos si se ponen ansiosos cuando vamos a salir. - No prestarles atención cuando llegamos y se vuelven “locos”, sino saludarlos cuando ya estén más tranquilos. Quizás puede que algún veterinario les ofrezca algún tratamiento farmacológico junto con el de cambio de conducta. No obstante, es importante recordar que las mascotas se comportan según nuestra forma de tratarlos.
¿Tu perro pone “patas para arriba” tu casa cuando no estás?
(Foto)